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Cuando se recibe una herencia la primera duda que surge es si aceptarla o no. Porque al aceptar una herencia hay que tener presente que no solo se aceptan los bienes o el dinero que pueda estar en las cuentas bancarias, sino también los préstamos y otras deudas que el fallecido tuviera estando en vida.
Las herencias son aquello que nos queda cuando las personas cercanas a nosotros fallecen, más allá del recuerdo o las magníficas experiencias pasadas que nos llevamos de ellos. En algunas ocasiones, este trámite es muy sencillo y basta con seguir al dedillo lo que consta en el testamento que ha dejado la otra persona para zanjar este tema.
Los tres últimos años están batiendo todos los récords en el mundo de las herencias. Los datos que arroja el Consejo General de Economistas y el EY este mes de junio han colocado a España a la cabeza del ranking de países con mayores impuestos sobre herencias a nivel mundial, donde se llega a pagar hasta un 80% . A España le sigue de cerca Bélgica (con un 80%), Francia (con un 60%) y Dinamarca (con el 52%).
En el año que acaba de terminar se han celebrado dos acontecimientos de aparente desproporción en su importancia. El 500 aniversario de la llegada española a Filipinas -en su búsqueda de la redonda circunnavegación de la Tierra-, y el homenaje en Filipinas -el país donde nació- al fallecido cantautor español Luis Eduardo Aute con un concierto -organizado por el Instituto Cervantes en Manila- en el que artistas filipinos cantaron temas suyos.
La pandemia está trayendo consigo un drama a nivel sanitario, pero también económico donde, en el terreno de las ejecuciones hipotecarias, solo entre 2014 y 2020 se encontraron un total de 492.253 inmuebles afectados, de los cuales aproximadamente la mitad, unos 270.704, fueron viviendas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
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