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Según la OIT, desde el 2019 habría 21 millones de desempleados más en el mundo hasta alcanzar la cifra de 207 millones de parados aunado con un déficit de 175.000 millones de dólares en los presupuestos climáticos de los países pobres. Asimismo, según Intermón Oxfam, más de 260 millones de personas adicionales engrosarán la tasa de población mundial que viviría en la absoluta pobreza hasta llegar al 13% de la población mundial.
Manos Unidas ha destinado cerca de 500.000 euros a once proyectos de emergencia para hacer frente a las necesidades de las poblaciones afectadas por la crisis climática, el hambre y la violencia en África, y recuerda que en febrero el Programa Mundial de Alimentos advirtió de que el hambre severa afectaba ya a 13 millones de personas en Etiopía, Kenia y Somalia, donde las mujeres ancianas se lamentan por el hambre esperando a que alguien las asista en sus cabañas.
El pueblo de Afganistán aún no se ha recuperado del impacto de la caída repentina de la república. Todo el mundo piensa que dejar el campo para los talibanes y luego imponer el clan talibán y los principios tribales a todo el pueblo de Afganistán, y peor aún, el completo aislamiento del país, es la peor traición y persecución que jamás hayan experimentado. Pero parece que la herida provocada por la caída aún no ha sido debidamente identificada.
Más de seis millones de refugiados y desplazados se enfrentarán a graves recortes en las raciones de alimentos si no se produce un aumento inmediato de la financiación. Esta es la cruda advertencia que World Vision lanzó durante la celebración del Foro Mundial de Política Humanitaria de la ONU, la pasada semana, mientras muchos refugiados adultos reciben menos calorías al día que las recomendadas para un niño de cuatro años.
A pesar de los grandes avances en la reducción del hambre desde los años 90, a partir de 2018 la tendencia se ha invertido. Casi dos años después del inicio de la pandemia, 2021 cierra con 811 millones de personas que pasan hambre. La cooperación española no ha estado a la altura de esta problemática. A pesar de que la desnutrición es la responsable de casi 50% de la mortalidad infantil a nivel global, España dedica apenas un 0,2% de su AOD a su tratamiento.
El nuevo informe de Acción contra el Hambre alerta de que incluso si se logra mantener el aumento de las temperaturas dentro de los 1,5 grados pre industriales, -actualmente en 2,7- el mundo se enfrenta a una crisis humanitaria que gradualmente afectará a todos los países. En la situación actual: el agua dulce escaseará, habrá menos ciclos de cultivo y aumentarán el hambre y las enfermedades.
El informe ‘Global Hunger Index 2021’ alerta sobre el retroceso para lograr el ‘hambre cero’ en 2030. Entre las principales causas se encuentran los conflictos violentos y prolongados, los efectos adversos del cambio climático y las consecuencias de la pandemia de Covid-19. Al ritmo actual, la comunidad internacional no alcanzará el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 de hambre cero en 2030. De hecho, 47 países no lo conseguirán.
Unos huesos de animales esparcidos, una metralleta, agua sucia en unas botellas, juguetes abandonados… son solo algunos de los “productos” que los visitantes semanales de la Muestra Local Agroecológica encontrarán en un puesto poco corriente este sábado. “Impacta mucho después de ver alimentos frescos en otros puestos.
La realidad nos muestra de forma significativa ciertos acontecimientos, que ponen en peligro la sensatez en el mundo, el equilibrio entre moradores, pues tanto la degradación humana como la ambiental es un hecho que está ahí, en cualquier esquina del planeta. Se me ocurre pensar en esa multitud de gentes que aún sufren inseguridad alimentaria aguda. Desde luego, las guerras son la principal causa del hambre extrema. No aprendemos. La ceguera es manifiesta.
“La crisis no ha acabado en Siria. Pese a la reducción de violencia general, las hostilidades persisten y sigue muriendo gente cada día. Y aun cuando cesen, la situación no cambiará de la noche al día. Siria es un país devastado, ocho años de conflicto han destruido mercados, medios de vida, infraestructuras de agua… Volver al punto de partida llevará tiempo”.
“Durante años hemos creído que hablar de género era hablar de mujer, y que transversalizar el enfoque de género en los proyectos, establecer cuotas de participación femenina, o realizar formaciones de género eran la fórmula para lograr la equidad de género tan necesaria para afrontar cualquier reto global, entre ellos el hambre.
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