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El título del escrito de Jordi Satorra i Marín: El poder del diablo. Su lectura me ha decepcionado. Esperaba encontrar alguna referencia bíblica pero no he encontrado ninguna. Únicamente se haya filosofía. En mis escritos es inevitable que me refiera al diablo porque sin él es totalmente imposible entender el comportamiento humano que nos lleva a la bancarrota.
“La felicidad solamente nos recuerda aquello que nos hace sentir así” (Dennis Lahore). Según esta definición, ser feliz consiste en el recuerdo de momentos agradables del pasado. Esto no es felicidad. Los recuerdos agradables no hacen feliz a nadie. Dichos recuerdos son añoranza.
“La gran diferencia entre el amor en la época de mis abuelos y padres y en las de hoy, es que nosotros tenemos una inmensa capacidad de elección romántica con acceso fácil a posibles relaciones de toda clase, a toda hora y en todas partes. Esta ilimitada capacidad de elección también genera reacciones indeseables, como el miedo de perder una relación mejor aunque tuvieses una de formidable” (Carrie Junkins, filósofa).
“Ahora bien, esta comunión en la diversidad se ha visto alterada históricamente por aquellos que se han desvinculado de sus pastores por motivos doctrinales u organizativos y han actuado al margen de la comunión con el resto. Dicho con otras palabras, han roto la “plena” comunión eclesial".
Viajaba en un viejo tren, un desenvuelto muchacho, leyendo un libro de ciencias que tenía entre sus manos. Al lado del jovencito, viajaba un señor anciano, que entre sus manos leía la Biblia muy relajado.
¿Ya visitaste el ajolotario de Toluca? Este nuevo y bonito proyecto se encuentra en el Parque de la Ciencia Sierra Morelos, en el que podrás observar 22 ejemplares de ajolotes, 10 en su fase terrestre y 12 en su fase acuática, los cuales pertenecen a seis diferentes especies: Achoque de Patzcuaro, ajolote del Altiplano, de Xochimilco, de Toluca, de Zacapu y el Arroyero.
Según Alexis Racionero, “desde el punto de vista de la filosofía oriental, la raíz de todo miedo es la dependencia. Es esencial podernos liberar del miedo y por esto tenemos que desprendernos de toda clase de dependencia. Tenemos miedo porque tememos perder alguna cosa. Si relativizamos la importancia, los temores se reducen.
Ese "Señor", el Dios de la Biblia, es un psicópata de manual. Alguien que disfruta mintiendo, manipulando y agrediendo, causando terror a diestro y siniestro. Vive y disfruta en el conflicto y no en la paz, le fascina mantener a cuanta más gente aterrada ante su existencia y haciendo lo que él ordene, lo que se le ocurra, por caprichoso y estúpido que sea.
“Decía santa Teresa de Jesús que a Dios se le encuentra incluso en la ollas. La fundadora de la orden de los Carmelitas Descalzos, además de ser representante de la literatura del siglo de oro, inicia con esta metáfora que la Divinidad no solo resplandece en las ceremonias solemnes, sino también en los pequeños actos cotidianos, cazuelas e iglesias al margen, en las librerías".
Hace poco, en la iglesia Santa María Maravillas de Jesús de Getafe, escuche una breve homilía en la que se exponía el tema de la fe. Creer en tiempos de Jesús era un aceptar lo que se veía y lo que se prometía. Más tarde el misterio de la fe trepida constantemente en el interior del ser humano. Decía el joven sacerdote, al finalizar su breve pero intensa homilía, hoy, creer está rodeado de todo tipo de pruebas y dificultades... No hay respuestas.
Ha caído en mis manos un delicioso librito con este título. Su autor es un viejo amigo mío, que ejerce su vocación de sacerdote en una parroquia malagueña. Es un gran poeta, teólogo, escritor y sobre todo cura, que une su extraordinaria capacidad intelectual con su sencillez para acercarse al Evangelio.
Dios se los llevó...
Estrella pasajera… me vigila, yo la llamo peregrina, es más brillante que las otras, es más radiante, grande. Me enamora con sus halos de luz, blanca su esencia y asombrosa, esplendorosa y armoniosa, cariñosa, eficaz en el cometido.
Con la fiesta de Cristo Rey ha terminado el ciclo litúrgico anual y el próximo domingo empezaremos el Adviento, preparatorio de la Navidad del 2022. Hablar en nuestro mundo de Cristo Rey resulta bastante extraño. Para la mayor parte de las personas el verdadero rey es el dinero y el poder. El dinero lo mismo sirve para comprar una conciencia, el programa informático de Twitter o un campeonato de futbol en el desierto de Qatar.
Todas las ciudades y pueblos de España, grandes o pequeños, tienen como patrona a la Virgen María bajo alguna advocación a la que dirigirse para rogarle por todas las necesidades ya sean las propias, las ajenas, personales o que afecten a todos los habitantes del lugar. Quizás nuestras conductas diarias sean reprobables, pero mientras podamos dirigirnos a la Madre de Dios, es seguro que podemos volver al buen camino.
Vivo seguro en la creencia de que después de esta vida hay otra que ya no se acaba. Hay muchos que me dicen que no podemos saber siquiera si Dios existe, pero la existencia misma del universo exige que alguien lo haya creado, no puede haberse hecho solo. Me resulta más difícil creer que todo lo existente es obra de la evolución, pero ¿qué evoluciona? ¿Quién lo hace evolucionar?
El Roto en una de sus viñetas describe a un joven de características punk que se pregunta: “Me he apuntado a una peña y ya no pienso como yo”. Alguien ha descrito a esta juventud, así: “Impulsivos, inconscientes, caprichosos impunes. Reyezuelos que arrastran el grupo o siervos que siguen al líder sin importarles el daño o el dolor que pueden causar, entre otros motivos porque ninguno de ellos es capaz de ponerse en el lugar de la víctima”.
Al tiempo de pensaren la partida, ahondasin temor en el pasado; y si otrora obraste equivocado tu súplica será bien acogida.
Pienso a veces que todo este ruido de fiestas está lejos del espíritu católico, pero ahora rectifico: bienvenidas sean todas las fiestas que dediquemos a la Virgen, nuestra madre que nos ama como sus hijos.
Son los de la vida alegre, los que disfrutan y a los que nunca nada ha faltado y así, fueron progresando, vida dichosa, mucha vida feliz,
pero poca vida interior... ¿qué puede pasar entonces con ellos?
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