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A ocho décadas del holocausto antisemita en Europa se viene produciendo otro contra los descendientes de los israelitas bíblicos que nunca salieron de su milenario territorio. El epicentro de este es la franja metropolitana más archi-bombardeada de la humanidad, la cual hace 3.500 años fue el principal centro administrativo, cultural, comercial y militar de "Tierra Santa".
El 25-26 de mayo Israel conmemoró el “día de Jerusalén”, pues 58 años atrás este conquistó el este de dicha ciudad. Dicho acontecimiento no fue festejado por multitudes. Solo pocos millares marcharon sobre esta. Según “Ha’Aretz”, el diario hebreo más antiguo, sus manifestantes coreaban muerte a los árabes o musulmanes, quemar aldeas palestinas o que en Gaza ya no hay escuelas o niños.
El actual holocausto de Gaza viene destruyendo a quienes la han aplastado. El sionismo, movimiento que surgió para crear un Estado hebreo, ahora se encuentra muy desacreditado, dividido, aislado y hasta generando numerosos cuestionamientos por parte de cada vez más creciente cantidad de judíos en el mundo.
Las operaciones militares de Israel en territorio del Líbano han matado al menos a 71 civiles y siguen cobrando vidas y destruyendo infraestructuras esenciales, alertó este martes 15 la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh).
"No habrá guerra civil!". Eso es lo que tuiteó el premier Benjamin Netanyahu a poco de que Aharon Barak, expresidente de la Corte Suprema, sostuviera que su país pudiese estar entrando en tal dirección debido a los intentos del mandatario de remover a los dos principales funcionarios públicos: Ronen Bar, jefe del Shin-Bet (la policía secreta) y Gali Baharav-Miara, Fiscal General.
Ambos investigan al gobierno por serias acusaciones de corrupción.
Si bien el conflicto entre Israel y Palestina obedece a cuestiones de corte político y étnico que no podemos soslayar, en el fondo ostenta una decidida etiología mítica y religiosa. Esto es coyuntural ya que, de no tenerlo en cuenta, dificultaría comprender el alcance de los acontecimientos actuales. En otras palabras, si sostenemos la fuerte influencia bíblica y coránica podemos afirmar con cierta seguridad que no es visible una solución de fondo como muchos esperan.
La posibilidad real de que el Estado hebreo pase de una guerra externa a una interna es algo que constantemente advierte el general (r) Benny Gantz. Él es el político israelí con mayores probabilidades de convertirse en el próximo primer ministro de su país, ya que las encuestas favorecen a la oposición.
“En la presente Convención, se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal: a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo”.La definición jurídica de genocidio adoptada en este caso ha sido objeto de numerosas y justificadas críticas vinculadas generalmente a la excesiva rigidez de la caracterización, que exige un singular elemento subjetivo del injusto, consistente en una intencionalidad destructiva explícita en el autor y que, al propio tiempo, excluye como víctimas probables de genocidio, entre otros, a los grupos políticos.De todas maneras, esta distinción no necesariamente debería aplicarse para delimitar lo que ocurre en Gaza. Pasa que, durante la modernidad, el genocidio tiene -según el autor al que recurrimos- características precisas que lo diferencias de las grandes masacres cometidas en tiempos pretéritos.
El 29 de octubre se cumplió un año desde que se publicaron por primera vez los manifiestos ‘Hay que parar la guerra. Ni Terrorismo, Ni Genocidio’. Hoy, con casi 45 mil muertos ya en Palestina, casi 4 mil en el Líbano, 2 millones de desplazados y más del 70% de las infraestructuras arrasadas, la determinación de quienes firmamos el manifiesto es aún mayor. No vamos a parar hasta conseguir el Alto el Fuego.
Los palestinos que viven en Gaza llevan más de un año soportando una persistente ofensiva israelí, que incluye bombardeos, incursiones terrestres con tanques y soldados, disparos de francotiradores, desplazamientos forzados y condiciones de hambre extrema. Drones armados sobrevuelan constantemente el territorio ocupado, como recordatorio de que ningún lugar en Gaza es seguro y que la muerte puede llegar en cualquier momento.
Las acciones violentas e ilegales que Israel ha venido realizando contra el pueblo palestino durante décadas alcanzaron un nivel nunca visto al dar respuesta al ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre del año pasado. Desde entonces, se viene comportando, en palabras del Alto Comisionado de la Unión Europea, José Borrell, «como un grupo terrorista» y comete un genocidio continuado al que ninguna potencia occidental parece desear ponerle freno.
Recordemos por un instante que, desde la creación del Estado de Israel en el año 1948, se han sucedido guerras, intervenciones extranjeras y ciclos interminables de violencia que han dejado profundas heridas en las sociedades de la región y en sus seguidores, dispersados en todo el mundo.
Las operaciones militares de Israel sobre los territorios palestinos han causado una devastación económica en la Franja de Gaza y un declive sin precedentes en Cisjordania, según se indica en un nuevo informe de ONU Comercio y Desarrollo (Unctad). Esta circunstancia se suma al coste humano que ya se ha cobrado el conflicto.
La Convención Nacional Demócrata que se realizó este año en la ciudad de Chicago ha sido un evento de cuatro días de duración destinado a propulsar la candidatura presidencial de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. Muchos de los delegados presentes en la convención, provenientes de todo el espectro de la llamada “gran carpa” del Partido Demócrata, apoyan un alto el fuego en Gaza.
Jean Améry, escritor austriaco antifascista, dio con sus huesos en un campo de concentración nazi. Y supo de la tortura en propia carne. Y escribió sobre ella y el suicidio. Y levantó la mano contra sí mismo y dijo adiós a la vida en 1978. Las secuelas del horror hicieron mella en su ser torturado. Dejó para la posteridad varios libros y sentencias terminantes. “Solo en la tortura la transformación del cuerpo en carne se hace completa”.
A fin de entender como desde el propio lado sionista se ven tantos cuestionamientos al gobierno de Benjamin Netanyahu, es bueno estudiar las críticas que les hace uno de sus más distinguidos generales mayores en reserva: Isaac Brik. Brik, quien ha sido ombudsman de las tropas israelíes, recibió la medalla del coraje cuando en la guerra de Yom Kipur (1973) salvó a varios tanques, pese a que el suyo fue bombardeado y su cara fue quemada.
Al menos 60 000 palestinos se han desplazado en áreas del norte y sur de la Franja de Gaza, siguiendo órdenes de desalojo del ejército de Israel y para tratar de huir de los combates y bombardeos que continúan en ese territorio, comprobaron agencias humanitarias de las Naciones Unidas.
“Cuando bajamos del autobús, un soldado nos dijo: 'Bienvenidos al infierno'”. Así se expresaba Fouad Hassan, un hombre originario de Naplusa, una ciudad situada en el norte de los territorios ocupados de Cisjordania, que estuvo recientemente detenido en la prisión israelí de Megiddo.
Al asesinar al principal negociador del Hamás, Netanyahu ha asesinado un posible cese al fuego y condena a más privaciones o a la muerte a sus propios compatriotas rehenes en Gaza. En contra de lo que quiere la mayoría de los israelíes y de los judíos del mundo, él juega con la posibilidad de una guerra regional como la mejor manera de sobrevivir y evitar perder el poder y acabar preso.
El jueves pasado se publicó por quinta vez el manifiesto 'Hay que parar la guerra. Ni terrorismo, ni genocidio' impulsado por Recortes Cero. Un manifiesto que suma -y que sigue sumando cada día que pasa- 703 intelectuales, artistas y profesionales destacados, 151 organizaciones y 14.087 firmas de 35 países diferentes, todos ellos determinados a “no acostumbrarse a las bombas y al genocidio contra la población civil”.
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