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Cuando eligieron a su marido presidente del Gobierno, a Begoña Gomez le cambió la vida. No solo la personal, también la laboral. Han sido años ajetreados con muchos proyectos, viajes, reuniones y palancas de las que tirar. Antes de la llegada al poder de Sánchez, era directiva de Inmark, una 'task force' que se dedicaba a contratar a teleoperadores y comerciales de puerta fría para campañas de venta intensiva de adsl y esas cosas.
A perro flaco todo son pulgas, dice un refrán español, que podemos aplicar sin ningún tipo de reserva a ese can que nos gobierna, cada vez menos aceptado y reconocido como Presidente de nuestra Nación, si alguien lo duda puede ver la recepción que le hicieron ayer en Dos Hermanas los albañiles de una promoción de viviendas que fue a inaugurar.
En la prensa francesa estudian con precisión los vínculos de Begoña Gómez y Marruecos, y se preguntan si esta relación y el espionaje al móvil del presidente tendrá algo que ver en la nueva posición española respecto al vecino magrebí. Los medios franceses insisten en Begoña Gómez y en Marruecos. Han cogido al bicho por el apéndice trasero y no están dispuestos a soltarlo.
Mientras en nuestro país perdemos el tiempo con temas segundones, la prensa francesa no deja de sacar los abultados chanchullos de la consorte del presidente del Gobierno sociocomunista; unos gatuperios que afectan a nuestra seguridad nacional, a nuestra economía y a la convivencia diaria.
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