 El veterinario Manu Ruiz incide en la importancia de refrescar a perros y gatos y evitar paseos en las horas centrales del día
Los perros y gatos sufren cada vez menos golpes de calor gracias a la concienciación de la población que toma medidas ante las altas temperaturas y evita, entre otras cuestiones, dejar a las mascotas en coches o terrazas al sol.
Así lo ha explicado en declaraciones a Europa Press el veterinario de la Clínica La Ribera y vocal en Baleares de la Asociación Española de Veterinarios de Pequeños Animales (Avepa), Manu Ruiz, quien ha advertido de las principales causas de los golpes de calor.
Según ha observado, los golpes de calor en perros y gatos cada vez son menos frecuentes y las clínicas reciben menos animales con esta afección, que se produce cuando el cuerpo supera los 40 grados de temperatura.
"La concienciación ha hecho que la gente no se deje el perro en el coche", ha afirmado, a la vez que ha recordado que dentro de un vehículo se puede alcanzar una temperatura de entre 20 y 30 grados superior a la de la calle. Si un animal alcanza los 42 grados, ha advertido, es muy difícil bajar su temperatura y en unos días lo más probable es que fallezca.
Entre las principales causas de los golpes de calor en perros, Ruiz ha apuntado a la exposición al sol durante horas --por ejemplo en una terraza-- tanto con agua como sin ella, y a los paseos en las horas de calor en los que el ejercicio que hace el animal agrava la situación. Todo ello, puede provocar un golpe de calor.
Entre los síntomas, el perro comienza a jadear de forma excesiva, babea y no puede continuar caminando. En este caso, el veterinario ha recomendado buscar agua templada --nunca fría-- y mojar al animal para ayudarle a bajar la temperatura corporal.
Si el golpe de calor ocurre durante una excursión o cerca de la playa, Ruiz ha sugerido, como primera medida, meter al animal en el agua y, a continuación, trasladarlo al veterinario. "A veces nos volvemos locos llamando al veterinario y se nos olvida que tenemos una manguera en la terraza", ha dicho.
Por otro lado, ha subrayado que los perros braquicéfalos --aquellos que tienen un cráneo corto y ancho y un hocico chato-- son más propensos a sufrir golpes de calor, puesto que para estos animales jadear supone un esfuerzo extra.
Con estos perros, ha insistido Ruiz, hay que tener "muchísimo cuidado" en verano y tenerlos "bien controlados". Por ejemplo, recomienda sacarlos a pasear por la noche, mojarlos un poco antes de salir al exterior y vigilar que siempre tengan agua a su disposición.
En cuanto a los gatos, según ha apuntado, son animales que toleran más el calor, aunque las precauciones a seguir son las mismas que con los perros. En este caso, ha aconsejado encender el ventilador en plena ola de calor aunque no siempre haya alguien en casa y, eventualmente, el aire acondicionado. En este último caso, sobre todo, en gatos braquicéfalos, persas o exóticos.
Además de los golpes de calor, el veterinario ha afirmado que en verano los perros y gatos están más expuestos a parásitos, garrapatas y pulgas, así como a espigas en diferentes partes del cuerpo, una patología "muy común" en esta época del año.
También la humedad y el calor pueden afectar negativamente a animales que tienen problemas de atopia, que están bien en invierno pero que en verano se pueden descompensar.
Las principales recomendaciones que hace Ruiz ante las altas temperaturas son evitar la exposición al sol, refrescarlos antes de salir a la calle o en casa, y, además, proteger las almohadillas de los perros con vaselina o pomada para evitar que se quemen al salir al exterior.
|