
La escasa repercusión de las emergencias en Camerún ha hecho que sea considerada la crisis de desplazamiento más olvidada del mundo en un informe del Consejo Noruego para Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés) que sitúa a Etiopía y a Mozambique en el segundo y tercer lugar, respectivamente, de esta particular lista negra.
Camerún lleva años sufriendo una concatenación de crisis, fruto también de conflictos en países vecinos como República Centroafricana. La emergencia no es nueva, hasta el punto de que el país africano ya encabezó la lista del NRC en 2018 y 2019 y en el año 2023 volvió a ascender hasta el segundo puesto.
El estudio de la ONG, publicado este martes, tiene en cuenta varios criterios, como la presencia de la emergencia en medios de comunicación. En el caso de Camerún, la crisis apareció mencionada en 28.800 artículos en inglés, español, francés y árabe en 2024, 15 veces menos que la de Ucrania.
Además, valora otros datos como la falta de compromiso político o las carencias de fondos humanitarios, un aspecto este último que en el caso de Camerún fue palpable porque el plan de respuesta internacional apenas recibió el 45 por ciento de los fondos requeridos --168,2 millones de dólares de los 371 millones que se necesitaban--, según datos de la ONU.
Por su parte, la crisis en Etiopía asciende en este informe al segundo lugar, su posición más alta hasta la fecha, mientras que Mozambique figura por primera vez en el tercer puesto. Burkina Faso, que encabezó la lista durante los dos años anteriores, ocupa ahora el cuarto lugar, seguida de Malí, Uganda, Irán, República Democrática del Congo, Honduras y Somalia.
El secretario general del NRC, Jan Egeland, ha alegado que el mundo "no puede alegar ignorancia" para desentenderse de estas emergencias y ha expresado su temor a que los recortes generalizados en ayuda empeoren aún más la situación de millones de personas vulnerables.
"La solidaridad internacional se está viendo opacada por políticas cada vez más cerradas y nacionalistas en países donantes que antes eran generosos con quienes más sufren alrededor del mundo", ha lamentado Egeland, que ha llamado a no aceptar el "abandono" de los donantes como "una conclusión inevitable".
En este sentido, ha advertido de que el desplazamiento no debe entenderse como "una crisis lejana", sino como "una responsabilidad compartida. "Debemos alzar la voz y exigir la reversión de los brutales recortes de ayuda humanitaria, que cada día están costando más vidas", ha reclamado en un comunicado.
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