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El París Saint-Germain, rival del Real Madrid en octavos de la 'Champions League', se ha clasificado este martes para la final de la Copa francesa tras eliminar en semifinales al Rennes (2-3) en un partido que estuvo marcado por la expulsión de Kylian Mbappé a media hora para la conclusión.
El conjunto de Unai Emery, con Neymar y Di María de titulares, se puso 0-3 en el marcador gracias a los goles de Meunier, Marquinhos y Lo Celso, pero sufrió a en la recta final del encuentro. Una acción de Mbappé, que dio una patada por detrás, fue castigada con roja directa tras la confirmación de su dureza a través del VAR.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.
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