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Perfiles

Xavier Domenech, ni una cosa ni la otra

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El cabeza de lista por Barcelona de

Catalunya en Comú, Xavier Doménech, estos dos últimos años ha estado fajándose en política en la Carrera de San Jerónimo. Proviene de los movimientos sociales, y llegó a la política institucional cuando Ada Colau ganó la alcaldía de Barcelona, Doménech fue nombrado comisionado de Estudios Estratégicos y Programa de Memoria del Ayuntamiento de Barcelona, pero meses después, en Octubre, dejó el cargo para convertirse en el cabeza de lista de En Comú Podem en las elecciones al Parlamento español. La formación a la que representaba, una mezcolanza de diversas formaciones de izquierda, fue la más votada en Catalunya. Y a pesar de que tenían derecho a grupo propio en el Congreso no lo hicieron y se unieron a los diputados de Podemos, aunque en honor a la verdad hay que decir que en algunas intervenciones Doménech se ha repartido el tiempo junto con sus colegas del Podemos estatal.

Ahora, a corre cuita, como el resto de partidos, ha habido que preparar nuevas listas para las elecciones del 21-D y En Comú-Podem ha renovado el cartel, intentado hacer un guiño a los independentistas descontentos, guiño que hubiera sido imposible si hubieran seguido Franco Rabell y Coscubiela que en la legislatura anterior en cada una de sus intervenciones rezumaban nacionalismo español por los cuatro costados. Para llegar al acuerdo con Podem, la matriz madrileña tuvo que aplicar un 155 especial a su anterior representante en Catalunya y destituirle, tal vez Albano Dante Fachin le parecía demasiado escorado hacia el independentismo, no es así, a Pablo Iglesias.

Xavier Doménech es el hombre del ni si, ni no, sino todo lo contrario. Es el hombre de ni DUI ni 155, es el hombre de buscar alianzas imposibles como la que quiere llevar a cabo invitando a ERC y PSOE ha formar un tripartito después del 21-D, es el hombre que acusaba al referéndum del 1-O de no ofrecer garantías, aunque muchos de sus votantes y militantes de su formación también se partieron, literalmente, la cara para poder ejercer el derecho ciudadano de votar, es el hombre que acusa al anterior Govern de haber olvidado los temas sociales, olvidando deliberadamente la infinidad de leyes de carácter social tumbadas por el Tribunal Constitucional, es el hombre que ahora, en unas elecciones anómalas, con candidatos en prisión o en el exilio, no habla de falta de garantías como si lo hizo con el referéndum. Y, a pesar de que en alguna ocasión se ha mostrado partidario de la España plurinacional, intenta contentar a sus socios de la meseta que van a Catalunya en gira electoral demostrando con sus actitudes y palabras que no han entendido nada de nada de lo que allí ocurre. Iglesias acusa al independentismo de “haber despertado al fascismo” mientras Echenique, si el que llamaba a las urnas del referéndum “cajitas de cartón”, desprecia cuanto ignora. También para la llamada nueva izquierda ir contra Catalunya es rentable en votos en España.

Xavier Doménech ha centrado su campaña en las poblaciones del llamado “cinturón rojo” de Barcelona, es donde hay mayor número de votantes y en donde puede rascar algún que otro voto aunque va a tenerlo difícil pues ha de pelear cada uno de ellos con el PSC de Miquel Iceta, hasta hace poco amos y señores de la zona, y con el C’s de Inés Arrimadas que ha entrado pisando fuerte en lo que antaño fue territorio hostil para las fuerzas de la derecha. A Xavier Doménech la Catalunya interior no le interesa, es territorio del nacionalismo.

Estas son unas elecciones donde, queramos o no, hay un enfrentamiento entre dos bloques, por un lado los independentistas y por otro los llamados constitucionalistas o partidarios del 155. Doménech està entre metafóricos fuegos cruzados, y lo va a tener difícil, el 21-D la ambigüedad le puede jugar una mala pasada y perder votos que pueden volar camino del PSC o C’s, pero también algunos de sus anteriores votantes pueden decantarse por ERC o la CUP. Las encuestas no le son nada halagüeñas, pero ya saben que hay tantas encuestas como gente que las encarga y cada una de ellas suele favorecer a quien le ha pagado. La noche del 21-D a Xavier Doménech el no estar en una cosa ni en otra le puede pasar factura.

Xavier Domenech, ni una cosa ni la otra

Perfiles
Rafa Esteve-Casanova
viernes, 15 de diciembre de 2017, 07:28 h (CET)

El cabeza de lista por Barcelona de

Catalunya en Comú, Xavier Doménech, estos dos últimos años ha estado fajándose en política en la Carrera de San Jerónimo. Proviene de los movimientos sociales, y llegó a la política institucional cuando Ada Colau ganó la alcaldía de Barcelona, Doménech fue nombrado comisionado de Estudios Estratégicos y Programa de Memoria del Ayuntamiento de Barcelona, pero meses después, en Octubre, dejó el cargo para convertirse en el cabeza de lista de En Comú Podem en las elecciones al Parlamento español. La formación a la que representaba, una mezcolanza de diversas formaciones de izquierda, fue la más votada en Catalunya. Y a pesar de que tenían derecho a grupo propio en el Congreso no lo hicieron y se unieron a los diputados de Podemos, aunque en honor a la verdad hay que decir que en algunas intervenciones Doménech se ha repartido el tiempo junto con sus colegas del Podemos estatal.

Ahora, a corre cuita, como el resto de partidos, ha habido que preparar nuevas listas para las elecciones del 21-D y En Comú-Podem ha renovado el cartel, intentado hacer un guiño a los independentistas descontentos, guiño que hubiera sido imposible si hubieran seguido Franco Rabell y Coscubiela que en la legislatura anterior en cada una de sus intervenciones rezumaban nacionalismo español por los cuatro costados. Para llegar al acuerdo con Podem, la matriz madrileña tuvo que aplicar un 155 especial a su anterior representante en Catalunya y destituirle, tal vez Albano Dante Fachin le parecía demasiado escorado hacia el independentismo, no es así, a Pablo Iglesias.

Xavier Doménech es el hombre del ni si, ni no, sino todo lo contrario. Es el hombre de ni DUI ni 155, es el hombre de buscar alianzas imposibles como la que quiere llevar a cabo invitando a ERC y PSOE ha formar un tripartito después del 21-D, es el hombre que acusaba al referéndum del 1-O de no ofrecer garantías, aunque muchos de sus votantes y militantes de su formación también se partieron, literalmente, la cara para poder ejercer el derecho ciudadano de votar, es el hombre que acusa al anterior Govern de haber olvidado los temas sociales, olvidando deliberadamente la infinidad de leyes de carácter social tumbadas por el Tribunal Constitucional, es el hombre que ahora, en unas elecciones anómalas, con candidatos en prisión o en el exilio, no habla de falta de garantías como si lo hizo con el referéndum. Y, a pesar de que en alguna ocasión se ha mostrado partidario de la España plurinacional, intenta contentar a sus socios de la meseta que van a Catalunya en gira electoral demostrando con sus actitudes y palabras que no han entendido nada de nada de lo que allí ocurre. Iglesias acusa al independentismo de “haber despertado al fascismo” mientras Echenique, si el que llamaba a las urnas del referéndum “cajitas de cartón”, desprecia cuanto ignora. También para la llamada nueva izquierda ir contra Catalunya es rentable en votos en España.

Xavier Doménech ha centrado su campaña en las poblaciones del llamado “cinturón rojo” de Barcelona, es donde hay mayor número de votantes y en donde puede rascar algún que otro voto aunque va a tenerlo difícil pues ha de pelear cada uno de ellos con el PSC de Miquel Iceta, hasta hace poco amos y señores de la zona, y con el C’s de Inés Arrimadas que ha entrado pisando fuerte en lo que antaño fue territorio hostil para las fuerzas de la derecha. A Xavier Doménech la Catalunya interior no le interesa, es territorio del nacionalismo.

Estas son unas elecciones donde, queramos o no, hay un enfrentamiento entre dos bloques, por un lado los independentistas y por otro los llamados constitucionalistas o partidarios del 155. Doménech està entre metafóricos fuegos cruzados, y lo va a tener difícil, el 21-D la ambigüedad le puede jugar una mala pasada y perder votos que pueden volar camino del PSC o C’s, pero también algunos de sus anteriores votantes pueden decantarse por ERC o la CUP. Las encuestas no le son nada halagüeñas, pero ya saben que hay tantas encuestas como gente que las encarga y cada una de ellas suele favorecer a quien le ha pagado. La noche del 21-D a Xavier Doménech el no estar en una cosa ni en otra le puede pasar factura.

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