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Crueles investigadores al servicio de El Vaticano

Vida Universal
miércoles, 29 de agosto de 2012, 07:01 h (CET)
En el catecismo católico se lee: “Los experimentos en animales son prácticas moralmente aceptables, si se mantienen en límites razonables y contribuyen a cuidar o salvar vidas humanas. ¿Pero que entiende El Vaticano por moralmente aceptable o por limites razonables? La Radio Vaticana lo dejó claro en diciembre de 2011 cuando anunció el nombramiento papal del profesor Wolf Singer como asesor de la consejería de cultura del Vaticano, quien ya en 1992 fue nombrado miembro vital de la academia papal de ciencias. Singer, científico y director del instituto Max Planck de Frankfurt en investigación cerebrales, cuenta con una trayectoria publicada en varias Webs animalistas. Aunque si no tiene nervios de acero o un estómago a prueba de bombas, mejor absténgase.

Pero para mejor comprensión reproducimos un extracto de algunos de los experimentos de los que el profesor Singer dice que el sufrimiento para el animal es menor que una castración de gato: “Se anestesiaron gatos entre 3 y 5 semanas y se ataron a un marco estereotáctico con el fin de inmovilizarlos. A través de agujeros taladrados en el cerebro se les introdujeron 27 cánulas en la corteza cerebral. Después de coserles el cuero cabelludo, los vivisectores les sacaron un ojo a los bebés gatos. Los animales que sobrevivieron fueron sometidos a observación durante algunas semanas. Para las sesiones de grabaciones fisiológicas, los gatitos fueron nuevamente anestesiados, inmovilizados y con respiración artificial. Al final de cada sesión la sangre se sustituía por un liquido fijador, ya que las buenas disecciones han de efectuarse en cuerpos vivos, por lo tanto es de suponer que para las siguientes exploraciones se sustituyó la sangre por formalina. El cerebro extirpado y tratado con anticongelante fue despedazado, teñido y analizado para calcular el daño causado por las cánulas de los sueros y por si fuera posible encontrar de nuevo las vías de los electrodos”.

En resumen se podría decir que con el fin de calcular o encontrar algo se tortura de la manera más brutal a las criaturas de Dios. El doctor Singer es tristemente conocido por sus experimentos en cerebros de gatos y monos y como es de suponer, con su nombramiento queda clara la postura de El Vaticano con respecto a la vida y en relación a la crueldad animal. Este es el esquema católico. No se sabe cuantos de los vivisectores se siguen llamando a pesar de todo esto cristianos, lo que si se sabe es que ya el apóstol Pablo dijo: “Lo que el hombre siembre, eso cosechará y Jesús de Nazaret: “Lo que hagáis a la más pequeña de las criaturas, eso me hacéis a mi”.

Del programa de Radio y TV: “Los vegetarianos, herejes sin Dios”

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