Mando Diao regresan con su segundo disco, Hurricane Bar, para confirmar que no son una banda pasajera más, manteniendo ese listón que Bring ‘em In dejó tan alto. Ahora sólo falta que pongan un poco los pies en el suelo, porque si siguen dejando volar tan alto su ego, al final la caída será mucho más dura.
Hurricane Bar es sencillamente un gran disco de rock, no nos descubre nada que no sepamos, no propone técnicas compositivas innovadoras, ni crea nuevas tendencias; pero suena muy bien, es fresco, y supone una escucha muy agradable para los amantes de las guitarras y los acordes más clásicos.
Hurricane Bar bebe de las bandas más emblemáticas de los años sesenta y setenta, Rolling Stones, Beatles o la Velvet son sus influencias más directas, aunque tampoco hay que olvidar que Mando Diao es una de esas bandas surgidas de la estela de grupos que siguen los pasos de los Strokes, que fueron los primeros en poner de moda este reciclaje que tanto nos engancha.
El último trabajo de los suecos es bastante particular, en líneas generales no se puede decir que sea completo o redondo, porque su larga duración (casi una hora) y sus giros internos, le dan una estructura que no se corresponde con estos términos. El álbum empieza con cinco temas explosivos que ensalzan los ánimos y alteran la circulación. God Knows es su carta de presentación, su single, pero You Can’t Steal My Love creo que es el mejor tema que han compuesto en toda su carrera, sin duda un bocado de melodías nostálgicas que nunca cansa. A continuación el ritmo decae, Added Family es de esos temas que se escuchan al volver de un largo viaje, su estribillo, sencillamente, es, ‘muy bonito’.
Mando Diao son una pandilla de engreídos, se ponen a la altura de los máximos estandartes del mundo de la música y dicen de ellos mismos que son los nuevos Beach Boys o los Beatles de Suecia, pero realmente esto no es así, hay bastantes bandas en estos momentos del mismo estilo que tendría muchos más meritos para ser comparados con semejantes celebridades. De hecho, la primera parte del disco, como he dicho, es muy grande, pero a partir del séptimo corte la calidad disminuye, reutilizan la fórmula y repiten con melodías demasiado parecidas entre sí, todo aderezado con el punto especial que otorgan sus teclados. El material no está mal, como he dicho se deja escuchar con mucha facilidad y tiene unas formas verdaderamente agradables, pero ya no sorprende, viene a ser como una extensión innecesaria de algo de lo que no se puede abusar. En el supuesto de que yo les hubiera producido, lo más probable es que mi principal sugerencia hubiera sido recortar un poco el LP para quitar esa ‘paja’ que desluce el resultado final. No es que el disco tenga dos caras diferenciadas, en la segunda parte también tienen cabida cortes tan pegadizos como White Wall o All My Senses, pero puede que quitándole diez minutos al repertorio se hubiera obtenido una lista algo más brillante.
En el último tramo de la obra, bonus tracks incluidos (Jeanette y Your Lover’s Nerve), volvemos a toparnos con otro plato de típico rock a lo nórdico, buenos temas, sin aspiraciones a hit, pero con melodías que se dejan querer; seguro que los fans disfrutan tanto de esta parte como del principio. Puede que el tema que más destaque sea Your Lover’s Nerve.
Mando Diao son; Björn Dixgard, guitarra y voz, Gustaf Norén, guitarra y voz, Carl-Johan Fogelklou, bajo, y Samuel Giers, batería.
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