Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | tarragona | Cultura
Abraham, padre de los creyentes que tienen su fe, ¿vería con buenos ojos una escultura bautizada con su nombre en el futuro Parque Bíblico en Tarragona?

La lección de Abraham

|

“El futuro Parque Bíblico en Tarragona, se proyecta como un espacio abierto a la ciudadanía y que invite al diálogo interreligioso en el corazón de la Part Alta. Un espacio que se completará con otra escultura, la de Abraham, y con árboles y vegetación de especies “bíblicas”, como olivos, cipreses y vides” (Sara Sans. Andreu Muñoz, director del Museo Bíblico, dijo: “La idea es que sea un espacio pedagógico, de encuentro, acogedor y de quietud”. El Parque Bíblico, además de la estatua de san Fructuoso contará con la escultura de un supuesto Abraham “que llevará el nombre en latín, árabe y hebreo como símbolo interreligioso”, añade Andreu Muñoz.

La pregunta que le hago al director del Museo Bíblico de Tarragona es si se ha preguntado si a Abraham le gustaría que se le haga una escultura. Ya que el futuro Parque Bíblico se proyecta “como un espacio abierto a la ciudadanía y que invite al diálogo interreligioso, se debería empezar con el origen de Abraham “padre de los creyentes” que tienen su fe. Abraham habitaba en Ur de los caldeos en donde el Señor lo llamó diciéndole: “Vete de tu tierra y de tu parentela, a la tierra que te mostraré” (Génesis 12:1). Este texto no da detalles de la vida de Abraham. Más adelante, cuando Israel a las órdenes de Josué luchaba para conquistar la Tierra Prometida, Josué en el discurso de despedida dijo al pueblo algo muy significativo: “Así dice el Señor: Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor, y servían a dioses extraños” (Josué 24:2). Abraham y su familia eran idólatras. El llamado que le hizo el Señor consistía en abandonar su tierra y familia para dirigirse a la tierra que le mostraría. La idolatría en que estaba habituado quedó atrás. En todo lo que la Biblia dice de Abraham no se encuentra el mínimo indicio de que añorase su pasado idólatra. Se convirtió en adorador del único Dios. Si el director del futuro Parque Bíblico se le presentase la oportunidad de preguntarle a Abraham que le parecía el propósito de esculpir una estatua que llevase su nombre, bien seguro que el patriarca se escandalizaría y en su mente la convertiría en polvo.

Se pretende que el futuro Parque Bíblico sea “un espacio abierto a la ciudadanía y que invite al diálogo interreligioso. Pienso que el proyecto se construye sobre un fundamento de arena que no sostendrá el edificio. El Dios de Abraham y de sus hijos que lo son por tener la misma fe, odia la idolatría y castiga severamente a los idólatras.

“Los árboles y la vegetación de especies bíblicas” que los visitantes contemplarán al visitar el futuro Parque, no los atraerán hacia la meditación espiritual. Si está bien diseñado disfrutarán de la belleza del entorno. Se extasiarán contemplando dos obras de arte majestuosas, pero de meditación y reflexión propiamente dichas no existirán. Para una auténtica meditación existe un camino más excelente.

El libro de Salmos comienza con estas palabras: “Feliz el hombre que no anduvo en consejo de malos, ni anduvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Sino en la Ley del Señor está su delicia, y en su Ley medita de día y de noche” (1: 1,2). Es muy significativo que la primera palabra sea “feliz”. La felicidad es el anhelo acuciante de todas las personas. Las imágenes publicitarias nos muestran a niños, familias, grupos de amigos mostrando una felicidad paranoica porque consumen los productos que la publicidad les vende. Todo ello tiene que ver con el placer sensual que a la hora de la verdad no proporciona porque la verdadera felicidad es espiritual, no material.

“Malvado”, según la Biblia no lo es solamente la persona que comete graves fechorías. También lo es la persona educada, amable, de buenos sentimientos. A esta persona la Biblia la llama necia porque dice que no hay Dios. El salmista nos viene a decir que la persona feliz no se deja guiar por el consejo de personas que niegan la existencia de Dios. No estar en el consejo de malos, ni andar en camino de pecadores, no significa que se tenga que romper todo contacto con ellos, que no tienen la misma fe que tenía Abraham. Esta conducta aislacionista la enseñan las sectas, pero no Jesús que instruye a sus seguidores que “son la luz del mundo…ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud…Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5: 14,16) Si al verdadero cristiano le fuese prohibido tener contacto con los ateos o con personas de malvivir, el apóstol Pablo le diría: “En tal caso te sería necesario salir del mundo” (1 Corintios 5:10).

El creyente “que en la Ley del Señor está su delicia, y en su Ley medita de día y de noche”, que no se identifica con el ateo ni se deja influir por su filosofía, el salmista lo compara con “árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará” (v.3). La felicidad del verdadero creyente en el Dios de Abraham, que es Jesús, el salmista lo compara a la lozanía de un frutal plantado cerca de corrientes de aguas. El lector puede dudar de la bondad de la fe cristiana. Lo llevo a la conversación que Felipe mantiene con su amigo Natanael. Felipe le dice: “Hemos hallado… a Jesús, el hijo de José de Nazaret”. El incrédulo Natanael le responde: “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?” Felipe no argumenta con su amigo. Se limita a decirle: “Ven y ve” (Juan 1: 45,46). Natanael contactó con Jesús y comprobó que Jesús de Nazaret era alguien bueno. Para saber si algo es bueno o malo se tiene que probar. Si no es así no se puede opinar con conocimiento de causa.

La lección de Abraham

Abraham, padre de los creyentes que tienen su fe, ¿vería con buenos ojos una escultura bautizada con su nombre en el futuro Parque Bíblico en Tarragona?
Octavi Pereña
martes, 3 de octubre de 2017, 07:20 h (CET)
“El futuro Parque Bíblico en Tarragona, se proyecta como un espacio abierto a la ciudadanía y que invite al diálogo interreligioso en el corazón de la Part Alta. Un espacio que se completará con otra escultura, la de Abraham, y con árboles y vegetación de especies “bíblicas”, como olivos, cipreses y vides” (Sara Sans. Andreu Muñoz, director del Museo Bíblico, dijo: “La idea es que sea un espacio pedagógico, de encuentro, acogedor y de quietud”. El Parque Bíblico, además de la estatua de san Fructuoso contará con la escultura de un supuesto Abraham “que llevará el nombre en latín, árabe y hebreo como símbolo interreligioso”, añade Andreu Muñoz.

La pregunta que le hago al director del Museo Bíblico de Tarragona es si se ha preguntado si a Abraham le gustaría que se le haga una escultura. Ya que el futuro Parque Bíblico se proyecta “como un espacio abierto a la ciudadanía y que invite al diálogo interreligioso, se debería empezar con el origen de Abraham “padre de los creyentes” que tienen su fe. Abraham habitaba en Ur de los caldeos en donde el Señor lo llamó diciéndole: “Vete de tu tierra y de tu parentela, a la tierra que te mostraré” (Génesis 12:1). Este texto no da detalles de la vida de Abraham. Más adelante, cuando Israel a las órdenes de Josué luchaba para conquistar la Tierra Prometida, Josué en el discurso de despedida dijo al pueblo algo muy significativo: “Así dice el Señor: Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor, y servían a dioses extraños” (Josué 24:2). Abraham y su familia eran idólatras. El llamado que le hizo el Señor consistía en abandonar su tierra y familia para dirigirse a la tierra que le mostraría. La idolatría en que estaba habituado quedó atrás. En todo lo que la Biblia dice de Abraham no se encuentra el mínimo indicio de que añorase su pasado idólatra. Se convirtió en adorador del único Dios. Si el director del futuro Parque Bíblico se le presentase la oportunidad de preguntarle a Abraham que le parecía el propósito de esculpir una estatua que llevase su nombre, bien seguro que el patriarca se escandalizaría y en su mente la convertiría en polvo.

Se pretende que el futuro Parque Bíblico sea “un espacio abierto a la ciudadanía y que invite al diálogo interreligioso. Pienso que el proyecto se construye sobre un fundamento de arena que no sostendrá el edificio. El Dios de Abraham y de sus hijos que lo son por tener la misma fe, odia la idolatría y castiga severamente a los idólatras.

“Los árboles y la vegetación de especies bíblicas” que los visitantes contemplarán al visitar el futuro Parque, no los atraerán hacia la meditación espiritual. Si está bien diseñado disfrutarán de la belleza del entorno. Se extasiarán contemplando dos obras de arte majestuosas, pero de meditación y reflexión propiamente dichas no existirán. Para una auténtica meditación existe un camino más excelente.

El libro de Salmos comienza con estas palabras: “Feliz el hombre que no anduvo en consejo de malos, ni anduvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Sino en la Ley del Señor está su delicia, y en su Ley medita de día y de noche” (1: 1,2). Es muy significativo que la primera palabra sea “feliz”. La felicidad es el anhelo acuciante de todas las personas. Las imágenes publicitarias nos muestran a niños, familias, grupos de amigos mostrando una felicidad paranoica porque consumen los productos que la publicidad les vende. Todo ello tiene que ver con el placer sensual que a la hora de la verdad no proporciona porque la verdadera felicidad es espiritual, no material.

“Malvado”, según la Biblia no lo es solamente la persona que comete graves fechorías. También lo es la persona educada, amable, de buenos sentimientos. A esta persona la Biblia la llama necia porque dice que no hay Dios. El salmista nos viene a decir que la persona feliz no se deja guiar por el consejo de personas que niegan la existencia de Dios. No estar en el consejo de malos, ni andar en camino de pecadores, no significa que se tenga que romper todo contacto con ellos, que no tienen la misma fe que tenía Abraham. Esta conducta aislacionista la enseñan las sectas, pero no Jesús que instruye a sus seguidores que “son la luz del mundo…ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud…Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5: 14,16) Si al verdadero cristiano le fuese prohibido tener contacto con los ateos o con personas de malvivir, el apóstol Pablo le diría: “En tal caso te sería necesario salir del mundo” (1 Corintios 5:10).

El creyente “que en la Ley del Señor está su delicia, y en su Ley medita de día y de noche”, que no se identifica con el ateo ni se deja influir por su filosofía, el salmista lo compara con “árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará” (v.3). La felicidad del verdadero creyente en el Dios de Abraham, que es Jesús, el salmista lo compara a la lozanía de un frutal plantado cerca de corrientes de aguas. El lector puede dudar de la bondad de la fe cristiana. Lo llevo a la conversación que Felipe mantiene con su amigo Natanael. Felipe le dice: “Hemos hallado… a Jesús, el hijo de José de Nazaret”. El incrédulo Natanael le responde: “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?” Felipe no argumenta con su amigo. Se limita a decirle: “Ven y ve” (Juan 1: 45,46). Natanael contactó con Jesús y comprobó que Jesús de Nazaret era alguien bueno. Para saber si algo es bueno o malo se tiene que probar. Si no es así no se puede opinar con conocimiento de causa.

Noticias relacionadas

No voy a matarme mucho con este artículo. La opinión de mi madre Fisioterapeuta, mi hermana Realizadora de Tv y mía junto a la de otras aportaciones, me basta. Mi madre lo tiene claro, la carne le huele a podrido. No puede ni verla. Sólo desea ver cuerpos de animales poblados de almas. Mi hermana no puede comerla porque sería como comerse uno de sus gatos. Y a mí me alteraría los niveles de la sangre, me sentiría más pesada y con mayor malestar general.

En medio de la vorágine de la vida moderna, donde la juventud parece ser el estándar de valor y el ascensor hacia el futuro, a menudo olvidamos el invaluable tesoro que representan nuestros ancianos. Son como pozos de sabiduría, con profundas raíces que se extienden hasta los cimientos mismos de nuestra existencia. Sin embargo, en muchas ocasiones, son tratados como meros objetos de contemplación, relegados al olvido y abandonados a su suerte.

Al conocer la oferta a un anciano señor de escasos recursos, que se ganaba su sobrevivencia recolectando botellas de comprarle su perro, éste lo negó, por mucho que las ofertas se superaron de 10 hasta 150 dólares, bajo la razón: "Ni lo vendo, ni lo cambio. El me ama y me es fiel. Su dinero, lo tiene cualquiera, y se pierde como el agua que corre. El cariño de este perrito es insustituible; su cariño y fidelidad es hermoso".

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto