| FICHA TÉCNICA | 82- Real Madrid: Llull (13), Suárez (3), Singler (17), Velickovic (10) y Tomic (10) -quinteto titular- Reyes (13), Pocius (0), Carroll (3), Dani Díez (-), Begic (9), Jorge Sanz (-) y Sergio Rodríguez (11).
68 - Banca Cívica: Calloway (2), Tepic (0), Jasen (8), Bogdanovic (4) y Triguero (7)-quinteto inicial- Balvin (0), Satoransky (7), Urtasun (19), Sastre (5), Rubio (2), English (6) y Paul Davis (7).
Parciales: 26-16, 12-24, 20-17, 24-11.
Árbitros: Hierrezuelo, Araña y Cortés.
Incidencias: Primer encuentro correspondiente a la serie de cuartos de los ‘play-off’ de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 7.129 espectadores. |
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A estas alturas de temporada, cuando se deciden los campeonatos, cada
canasta debe sudarse. Los adversarios venden costosa su derrota. Lo comprobó en
sus carnes este Real Madrid. Tuvo que emplearse a fondo antes de saborear el
primer triunfo de esta serie ante Banca Cívica. Lo hizo basándose en ese
espíritu ganador de Llull. El base estuvo bien secundado por Singler y Reyes.
La serie viaja ahora a Sevilla, donde el Banca Cívica -con un gran Urtasun- deberá
ganar si desea jugarse su pase a semifinales en Madrid. Lo peor, el arbitraje.
No estuvo a la altura.
Las distancias en el marcador no deben conducir a una conclusión
errónea del encuentro. El Real Madrid no dispuso de un estreno placentero. Todo
lo contrario. Hubo sufrimiento. E incluso momentos donde se temió esa sorpresa
que siempre acude puntualmente a su cita en estos cruces entre los ocho
mejores. No sucedió porque el Real Madrid cuenta con Llull. Él nunca se da por
vencido y siempre asume responsabilidades. Su velocidad y decisión recuperó al
Real Madrid cuando durante el tercer cuarto el Banca Cívica se mantenía firme
en su resistencia. Llegaron incluso a disponer de alguna que otra ventaja
interesante (46-54).
Pero no se mantuvieron. No sólo porque Llull se encargó de
levantar a sus compañeros, sino porque Reyes estuvo inmenso en los rebotes y
puntos (13 y 8) bajo los tableros (Tomic se cargó de faltas) o porque Singler empieza a
demostrar que es un jugador de bastante calidad. No sólo ellos. Begic estuvo
muy notable en la zona en los momentos más determinantes, sumando 8 capturas. Se echó en falta esos
puntos de Carroll. No tuvo su día. Uno que sí acudió, por sorpresa a la cita, fue Velickovic.
Apremiado por el percance de Mirotic, el balcánico estuvo sobresaliente. De
hecho, anotó siete puntos consecutivos en ese tercer cuarto cuando peor pintaba
para el Real Madrid.
Otro factor importante de la reacción del Real Madrid estuvo en el
arbitraje. No se vieron beneficiados, sino que fueron igualmente de
perjudicados que el Banca Cívica. La Liga Endesa debe revisar el nivel de sus
jueces. Sus decisiones fueron a cuál más controvertida. Entre intencionadas,
técnicas y faltas innecesarias, el Real Madrid se hizo más fuerte que el Banca
Cívica. Digamos que esta guerra de decisiones espoleó también al cuadro
madridista. Ocurrió durante el último acto. El Real Madrid, superado el bache, entró en combustión. Activó el modo avalancha, baloncesto de ida y vuelta y aquí acabó sentenciando el encuentro, ampliando diferencias en el marcador, con un parcial de 16-4.
Antes de todo esto, durante los dos primeros cuartos hubo máxima equidad: el primero, un Real
Madrid absolutamente superior; una continuación de cuarto donde el Banca Cívica
volteó el encuentro. Ese primer cuarto, donde el cuadro blanco estuvo
sobresaliente se debió no sólo a sus porcentajes de anotación -abrumadores sobre
el Banca Cívica, con dos canastas en juego- o poderío en el rebote, sino en
otros aspectos del juego. Llull aporta velocidad y cuando este grupo tiene
pista para correr, todo adversario está en problemas. El Real Madrid encontró
canastas sencillas, casi sin necesidad de buscar el mejor ángulo de tiro.
Defensivamente, el Real Madrid estaba haciendo una defensa de matrícula. Sólo
un aspecto negativo: concedió cuatro triples, pero sólo dos canastas en juego.
Joan Plaza entendió el problema, corrigiéndolo enseguida. Mandó un
recado a sus jugadores: o jugaban en serio o esta serie se acababa a la vuelta
de la esquina. El Banca Cívica tuvo una metamorfosis tan formidable como sus
resultados. De estar 40-9 en valoración se pasó a 44-39; de estar 10 abajo en
el marcador (26-16) a estar con dos puntos de ventaja (38-40). El cuadro de
Sevilla, sencillamente, enmendó sus errores defensivos: presionó arriba,
evitando esa quinta marcha del Real Madrid; se promovieron las ayudas en
defensa; se mostraron más agresivos y acabaron ahogando al Real Madrid. Hasta
cuatro minutos largos tuvo que emplear el grupo de Laso para saborear su
primera anotación en el segundo cuarto. Ofensivamente, los porcentajes de Banca
Cívica también aumentaron considerablemente. Era casi más cuestión de suerte,
aunque el Real Madrid se volvió bastante más blando. Concedieron canastas hasta que Llull les rescató y la maquinaria empezó a funcionar.
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