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La iglesia católica está sufriendo uno de sus peores momentos en España debido a los continuos escándalos

El poder eterno de la Iglesia

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El PapaMóvil necesita una revisión severa. La Iglesia en nuestro país va últimamente cuesta abajo y sin frenos. Los  escándalos y las informaciones  en los diversos estamentos de la Iglesia católica  no cesan  generando cada vez una mayor sensación de lejanía de la institución a los españoles.

La noticia ha vuelto a saltar recientemente a las primeras páginas de la información nacional con el caso de   Sor María , una monja que durante tres décadas estuvo sirviendo como asistenta social y a la que se acusa de haber facilitado el  tráfico de bebés robados  en nuestro país durante varios lustros.

Ahora llega el juicio. Ahora que  la anciana supera los 80 años y no puede pagar por sus presuntos crímenes  y digo crímenes porque despojar a un recién nacido de su madre a la fuerza y con las más ruines artimañas no es un delito, es un crimen.  Demasiado tarde  con todo el año que ha podido causar esta mujer y sus compinches.

Pero claro, esta polémica a nuestro actual presidente del  Gobierno le debe entrar por un oído y salir por el otro  ya que el ejecutivo central, mientras se afana en recortar lo irrecordable, a la Iglesia no le toca ni un euro y percibirá   6.000 millones de euros esta anualidad.

Es lo que tiene afiliarse al Partido Popular. Nos olvidamos de que vivimos en un estado laico en pleno siglo XXI y seguimos premiando al clero como si estuviésemos en la mismísima Edad Media y ellos llevarían el auténtico poder.

Y eso es precisamente lo que deben pensar en las altas esferas de la institución. Porque, como buenos curas que son, hablar, hablan de todo. Del aborto, del matrimonio, de la educación…Y lo hacen creyéndose toda una autoridad a la que hay que seguir a pies juntillas.  Deberían comprarse una talla más de solideo, ese pequeño especie de sombrerito que portan sobre la cabeza, que el que llevan, les está oprimiendo demasiado el cerebro.

La sociedad ya no ve en ellos alguien de quien tomar ejemplo
. Y no es para menos, la extorsión durante siglos, los privilegios y las actuales conductas, alejan a los fieles de sus iglesias, que cada vez están más vacías porque, en pocas palabras, para oír un sermón en el que sólo hay palabras y palabras, pueden poner cualquier día los informativos y escuchar a Mariano Rajoy, que es más de lo mismo.

Flaco favor le está haciendo la Iglesia como institución a la iglesia, la que se escribe en minúsculas, la cercana,  la parroquia del barrio. Esa que se mueve por ayudar a los  desfavorecidos de su zona con alimentos, ropa y toda la ayuda necesaria.  Esa es la iglesia de verdad, y no los cuatro que visten de sotana negra y muchos adornos, que ya no saben casi ni lo que es dar una misa. A estos otros les gusta la política y el poder y se olvidan de lo que un día debieron enseñarles en el seminario.

Mientras tanto, el propio Papa Benedicto XVI aseguraba hace tan sólo unos días en Cuba que ese país y el resto del mundo necesitaban cambios. Y como   es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio, ellos no van a mover ni un solo dedo  que no vaya a ser que den un movimiento en falso y acaben con el  poder eterno de la Iglesia. 

El poder eterno de la Iglesia

La iglesia católica está sufriendo uno de sus peores momentos en España debido a los continuos escándalos
Rubén Abad
lunes, 16 de abril de 2012, 07:27 h (CET)
El PapaMóvil necesita una revisión severa. La Iglesia en nuestro país va últimamente cuesta abajo y sin frenos. Los  escándalos y las informaciones  en los diversos estamentos de la Iglesia católica  no cesan  generando cada vez una mayor sensación de lejanía de la institución a los españoles.

La noticia ha vuelto a saltar recientemente a las primeras páginas de la información nacional con el caso de   Sor María , una monja que durante tres décadas estuvo sirviendo como asistenta social y a la que se acusa de haber facilitado el  tráfico de bebés robados  en nuestro país durante varios lustros.

Ahora llega el juicio. Ahora que  la anciana supera los 80 años y no puede pagar por sus presuntos crímenes  y digo crímenes porque despojar a un recién nacido de su madre a la fuerza y con las más ruines artimañas no es un delito, es un crimen.  Demasiado tarde  con todo el año que ha podido causar esta mujer y sus compinches.

Pero claro, esta polémica a nuestro actual presidente del  Gobierno le debe entrar por un oído y salir por el otro  ya que el ejecutivo central, mientras se afana en recortar lo irrecordable, a la Iglesia no le toca ni un euro y percibirá   6.000 millones de euros esta anualidad.

Es lo que tiene afiliarse al Partido Popular. Nos olvidamos de que vivimos en un estado laico en pleno siglo XXI y seguimos premiando al clero como si estuviésemos en la mismísima Edad Media y ellos llevarían el auténtico poder.

Y eso es precisamente lo que deben pensar en las altas esferas de la institución. Porque, como buenos curas que son, hablar, hablan de todo. Del aborto, del matrimonio, de la educación…Y lo hacen creyéndose toda una autoridad a la que hay que seguir a pies juntillas.  Deberían comprarse una talla más de solideo, ese pequeño especie de sombrerito que portan sobre la cabeza, que el que llevan, les está oprimiendo demasiado el cerebro.

La sociedad ya no ve en ellos alguien de quien tomar ejemplo
. Y no es para menos, la extorsión durante siglos, los privilegios y las actuales conductas, alejan a los fieles de sus iglesias, que cada vez están más vacías porque, en pocas palabras, para oír un sermón en el que sólo hay palabras y palabras, pueden poner cualquier día los informativos y escuchar a Mariano Rajoy, que es más de lo mismo.

Flaco favor le está haciendo la Iglesia como institución a la iglesia, la que se escribe en minúsculas, la cercana,  la parroquia del barrio. Esa que se mueve por ayudar a los  desfavorecidos de su zona con alimentos, ropa y toda la ayuda necesaria.  Esa es la iglesia de verdad, y no los cuatro que visten de sotana negra y muchos adornos, que ya no saben casi ni lo que es dar una misa. A estos otros les gusta la política y el poder y se olvidan de lo que un día debieron enseñarles en el seminario.

Mientras tanto, el propio Papa Benedicto XVI aseguraba hace tan sólo unos días en Cuba que ese país y el resto del mundo necesitaban cambios. Y como   es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio, ellos no van a mover ni un solo dedo  que no vaya a ser que den un movimiento en falso y acaben con el  poder eterno de la Iglesia. 

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