Cuando hablamos de psicología positiva hacemos referencia a una disciplina dentro de
la psicología que centra sus esfuerzo por promover y potenciar la salud a través del
crecimiento personal implementando todo aquello que nos permite transformar
nuestra vida. Lo que tiene una serie de implicaciones en el desarrollo de estrategias
que nos trasladen hacia ese buen puerto.
La visión de la Psicología Positiva nos aporta como elemento esencial la prevención de
la enfermedad, la entendemos como un conjunto de estrategias y herramientas
cruciales en la transformación de la forma en la que construimos nuestra vida. Ello
implica que las personas generen pilares que actúen de refuerzo que ayuden a
gestionar situaciones complejas, lo que hará que estemos menos propensos a sufrir
ansiedad o incluso depresión ante las vivencias de situaciones complejas. Todo ello
tiene un destino que es mejorar la calidad de vida de las personas lo que redunda
sobre la satisfacción con la vida, el bienestar y la felicidad.
En todo este enfoque juega un papel importante los procesos educativos que se inician
en las familias y la forma en madres y padres enfocan la crianza y educación de sus
hijos e hijas. Lo que implica educar a través de herramientas que se arman a través de
la psicología positiva permitiendo a padres y madres fomentar en los niños una visión
diferente de la vida, anclándolos a través de estrategias centradas en el sentido de sí
mismos, potenciar la gestión emocional al mismo tiempo que implementamos las
vivencias de las emociones positivas.
Una de las líneas a potenciar como fortalezas importantes aquellas que te permitan
crecer como personas fomentando la inteligencia social, la autenticidad o la vitalidad
como elementos de auto-construcción, además de potenciar técnicas y herramientas
que nos den la oportunidad de valorar la singularidad y la individualidad de cada niño.
Es fundamental además promocionar la autonomía dando al niño la capacidad de
controlar su propio espacio, empezando por su zona de juegos, su habitación o incluso
aquellos lugares de la casa que son significativos, eso genera confianza personal y les
permite sentir que son responsables ante su entorno.
Es además fundamental que padres y madres vuelquen sus esfuerzos en fomentar la
empatía que les permita ayudar a sus hijos a comprenderla y mostrándoles que el
pensar en las otras personas, en como reaccionan ante situaciones diarias, pero
además que aprendan a ser constructores y transformadores de su entorno, de las
relaciones que genera y que esas relaciones mejoran a través de potenciar las
emociones positivas. Por lo tanto debemos de planificar acciones altruistas y de ayuda
con nuestros hijos e hijas, compartirlas. El mostrarles las diferencias sociales y
económicas entre las familias, el plantearles las dificultades de tener recursos
limitados. El fomentar la donación y el compartir sus juguetes o su ropa. Además de
que aprendan a compartir su tiempo con las personas que lo necesitan, el que
compartan tiempo con sus abuelos, que les ayuden y que ellos se sientan que ayudan
lo que influye sobre su autoestima y autoeficacia.
Permiteme que vuelva a volcar mis esfuerzos sobre el papel de los hábitos de vida
saludables desde el ejercicio diario, el sueño saludable y reparador y por ultimo una
alimentación sana y equilibrada como las e formas más poderosas de aumentar el
nivel de felicidad en todas las personas. El desarrollo y aprendizaje de estos hábitos
desde una edad muy temprana son fundamentales en la construcción de nuestros
hijos e hijas.
Y por último, pero no por ello menos importantes nos centraremos en que los niños
gestionen adecuadamente sus pensamientos, potenciando a través de pequeños
ejercicios de escritura y de visualización a que se den cuenta de sus pensamientos y del
peso negativo o positivo que tienen sobre su estado de ánimo. Además es importante
que las personas aprendan a potenciar estrategias de escritura que les permitan
transformar esos pensamientos más negativos en pensamientos transformadores y
más positivos, pero siempre desde la realidad de cada niño o niña.
Los padres y madres que potencian una educación positiva les permite dotar a sus
hijos e hijas de herramientas que les empoderen ante la vida y les permitan a padres y
madres el poder tratar cada día como una oportunidad de transformar enriqueciendo
la vida de sus hijos e hijas hacia la construcción. Desde la gestión de las emociones,
dotándoles de herramientas que les ayuden a tratar con el sufrimiento, el dolor, la
ansiedad, etcétera. Es decir que les permita que sus vidas realmente sea una
experiencia significativa y enriquecedora.