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Etiquetas | Crítica literaria | Palmeras en la nieve
“Palmeras en la nieve” habla de esa otra emigración a un lugar muy poco conocido en la historia de España: Guinea Ecuatorial

Dos mundos

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Luz Gabás, “Palmeras en la nieve”, crítica literaria



Si tuviera que elegir esta novela por su portada no lo haría. Si esa imagen refleja el contenido del libro es evidente que en este caso lo que me sugiere está muy lejos de lo que suele interesarme y habitualmente leo. Y por si eso no fuera suficiente su tamaño tampoco ayuda en nada: ¡732 páginas! Eso supone un par de meses de lectura y un libro que por su tamaño no es literatura portátil que pueda llevar en el bolsillo y leer en el metro.

Pero el texto de la contraportada fue lo que me decidió. Y ahí entramos en los motivos que cada uno tiene para elegir un libro. Esta novela narra la historia de un hombre que en 1953 abandona su casa en un pueblo del pirineo de Huesca para irse a trabajar a la isla de Fernando Poo. Y resulta que mis raíces, aunque mucho más al sur, están en la misma provincia. Razón más que suficiente para olvidarme de prejuicios sobre portadas cursis e inconvenientes y miedos escénicos de setecientas páginas.

Pero por encima de esos motivos particulares y superando cualquier localismo que limitaría su lectura e interés a un chauvinismo provinciano, el valor de la novela de Luz Gabás está en que trata un asunto que es común para muchos de nosotros: la emigración. Y por encima de esa mayoritaria emigración de interior o de la popular y cinéfila emigración española a Europa en el siglo XX,“Palmeras en la nieve” habla de esa otra emigración a un lugar muy poco conocido en la historia de España: Guinea Ecuatorial. Un país que durante tres siglos fue colonia española hasta su independencia en el año1968. Final que es el centro de la novela. Y el punto de partida es esa vieja historia familiar por la que sabes que tu abuelo, tu tío y tu padre recorrieron seis mil kilómetros desde su pueblo hasta una isla de África para trabajar en una finca que cultivaba cacao. Y esa historia, conocerla, ya es de por sí algo fascinante, pero si además queriendo ordenar su recuerdo descubres un misterio, eso convierte a la vida en una auténtica novela.

Y será el punto de vista de una mujer, la historia contada y recreada por ella a su gusto lo que hará que seguramente sean ellas sus lectoras mayoritarias, pero creo que no sería justo si sencillamente la calificara como una novela romántica; una novela escrita por y para mujeres. Quizás esa portada sea una premeditada estrategia de mercadotecnia que a mi se me escapa; quizás Luz en algunos momentos abuse de ciertos tópicos del género, pero disfrutarlo está en la sensibilidad de cada uno y yo no me arrepiento de haberla leído. Al contrario, pensé que si esto fuera Estados Unidos o nuestro cine fuera de otra manera con esta novela se podría hacer una moderna película de cinemascope y sabor clásico.

Para mí es una novela de la que no he subrayado o marcado ningún párrafo para bien o para mal, pero cada lector se quedará con ella según su predilección o su forma de entender la literatura. Porque esta es una novela totalmente narrativa, una narración sin adornos ni distracciones con una estructura muy bien calculada y dosificada; lentamente destilada. Emociones esenciales, sencillas, evidentes y demoledoras. Una película muy bien contada que desde el presente recupera el pasado y la escenografía de un país lejano y exótico y en la que poco a poco se va descubriendo un secreto oculto y cubierto por años de silencio sin olvido. Luz Gabás ha escrito una novela mezclando los ingredientes clásicos y eternos: aventura, exotismo, drama y romance con lo más elemental e inmortal del hombre: espiritualidad, destino, familia, fidelidad, odio, pasión y Amor con mayúscula. Dos mundos que son dos países distintos, dos climas opuestos, dos culturas, dos hermanos y dos maneras incompatibles de ver y entender la vida. Un sueño hecho realidad y un sueño roto, arrancado a la fuerza y de cuajo. Una novela que nos descubre y recupera una parte no tan lejana de nuestra historia particular y universal: el colonialismo y sus virtudes, defectos y consecuencias; el racismo y sus víctimas, su final trágico y una nueva generación para superarlo.

Luz Gabás. “Palmeras en la nieve”. 732 páginas. 3ª Edición. Ediciones Temas de Hoy. Madrid, 2012

Dos mundos

“Palmeras en la nieve” habla de esa otra emigración a un lugar muy poco conocido en la historia de España: Guinea Ecuatorial
Luis Borrás
viernes, 30 de marzo de 2012, 08:14 h (CET)

Luz Gabás, “Palmeras en la nieve”, crítica literaria



Si tuviera que elegir esta novela por su portada no lo haría. Si esa imagen refleja el contenido del libro es evidente que en este caso lo que me sugiere está muy lejos de lo que suele interesarme y habitualmente leo. Y por si eso no fuera suficiente su tamaño tampoco ayuda en nada: ¡732 páginas! Eso supone un par de meses de lectura y un libro que por su tamaño no es literatura portátil que pueda llevar en el bolsillo y leer en el metro.

Pero el texto de la contraportada fue lo que me decidió. Y ahí entramos en los motivos que cada uno tiene para elegir un libro. Esta novela narra la historia de un hombre que en 1953 abandona su casa en un pueblo del pirineo de Huesca para irse a trabajar a la isla de Fernando Poo. Y resulta que mis raíces, aunque mucho más al sur, están en la misma provincia. Razón más que suficiente para olvidarme de prejuicios sobre portadas cursis e inconvenientes y miedos escénicos de setecientas páginas.

Pero por encima de esos motivos particulares y superando cualquier localismo que limitaría su lectura e interés a un chauvinismo provinciano, el valor de la novela de Luz Gabás está en que trata un asunto que es común para muchos de nosotros: la emigración. Y por encima de esa mayoritaria emigración de interior o de la popular y cinéfila emigración española a Europa en el siglo XX,“Palmeras en la nieve” habla de esa otra emigración a un lugar muy poco conocido en la historia de España: Guinea Ecuatorial. Un país que durante tres siglos fue colonia española hasta su independencia en el año1968. Final que es el centro de la novela. Y el punto de partida es esa vieja historia familiar por la que sabes que tu abuelo, tu tío y tu padre recorrieron seis mil kilómetros desde su pueblo hasta una isla de África para trabajar en una finca que cultivaba cacao. Y esa historia, conocerla, ya es de por sí algo fascinante, pero si además queriendo ordenar su recuerdo descubres un misterio, eso convierte a la vida en una auténtica novela.

Y será el punto de vista de una mujer, la historia contada y recreada por ella a su gusto lo que hará que seguramente sean ellas sus lectoras mayoritarias, pero creo que no sería justo si sencillamente la calificara como una novela romántica; una novela escrita por y para mujeres. Quizás esa portada sea una premeditada estrategia de mercadotecnia que a mi se me escapa; quizás Luz en algunos momentos abuse de ciertos tópicos del género, pero disfrutarlo está en la sensibilidad de cada uno y yo no me arrepiento de haberla leído. Al contrario, pensé que si esto fuera Estados Unidos o nuestro cine fuera de otra manera con esta novela se podría hacer una moderna película de cinemascope y sabor clásico.

Para mí es una novela de la que no he subrayado o marcado ningún párrafo para bien o para mal, pero cada lector se quedará con ella según su predilección o su forma de entender la literatura. Porque esta es una novela totalmente narrativa, una narración sin adornos ni distracciones con una estructura muy bien calculada y dosificada; lentamente destilada. Emociones esenciales, sencillas, evidentes y demoledoras. Una película muy bien contada que desde el presente recupera el pasado y la escenografía de un país lejano y exótico y en la que poco a poco se va descubriendo un secreto oculto y cubierto por años de silencio sin olvido. Luz Gabás ha escrito una novela mezclando los ingredientes clásicos y eternos: aventura, exotismo, drama y romance con lo más elemental e inmortal del hombre: espiritualidad, destino, familia, fidelidad, odio, pasión y Amor con mayúscula. Dos mundos que son dos países distintos, dos climas opuestos, dos culturas, dos hermanos y dos maneras incompatibles de ver y entender la vida. Un sueño hecho realidad y un sueño roto, arrancado a la fuerza y de cuajo. Una novela que nos descubre y recupera una parte no tan lejana de nuestra historia particular y universal: el colonialismo y sus virtudes, defectos y consecuencias; el racismo y sus víctimas, su final trágico y una nueva generación para superarlo.

Luz Gabás. “Palmeras en la nieve”. 732 páginas. 3ª Edición. Ediciones Temas de Hoy. Madrid, 2012

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2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008: siete años que no nos deja la lluvia, siete años llevándolo y es mucho tiempo en que no comprendo la razón. ¿Cuándo acabará ésto?, tendré paciencia. Lulita, hijita, coge el paraguas, soy la de la sombrilla en que descansas, la de las sábanas blancas, la que consigue el amor cuando la lluvia le cae encima de manera despiadada.

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