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El ascenso a Primera supone varios premios, y entre
ellos, se encuentra el poder recibir en tu estadio a equipos como el Real
Madrid. Ese premio le ha llegado al Rayo. El domingo, el Estadio de Vallecas
será una fiesta del fútbol, y en esa fiesta, el conjunto franjirrojo espera
convertirse en el principal protagonista.
Empresa complicada para el conjunto que dirige José Ramón Sandoval, cuando enfrente se encuentra un equipo que parece llevar la batuta de una Liga que comienza a coger tintes blancos. Aún así, el cuadro franjirrojo pretende encomendarse al espíritu del ‘Matagigantes’ y, de esa manera, aumentar la buena dinámica que arrastra el equipo tras acumular tres triunfos consecutivos.
El conjunto vallecano llega a esta cita en un estado de forma excepcional. Además, el técnico franjirrojo podrá volver a contar con los ausentes en el partido ante el Levante –Michu, Arribas y Casado-. Con las únicas bajas por lesión del capitán, Míchel, y el guardameta, Dani, la expedición franjirroja al completo estará a disposición de Sandoval. Un entrenador que ya demostró saber cómo plantear un partido disputado a los merengues en el partido de ida, a pesar de haber encajado seis goles.
Ante el Real Madrid, el cuadro franjirrojo estrenará nueva indumentaria, además de lucir en ella el primer patrocinador de la nueva era ‘post-Rumasa’, será la película ‘Indomable’.
Dudas en la medular
Lastrados durante toda la semana por el empate
cosechado en Moscú, el Real Madrid se planta en Vallecas con la única intención
de no aflojar el ritmo en su lucha por el campeonato liguero. Los diez puntos
de ventaja con respecto al Barcelona no parecen tranquilizar a los de
Chamartín, que sin el goleador más en forma del equipo ni con uno de sus
mejores dribladores, espera disfrutar del partido del Calderón con una renta de
tres puntos más.
La duda que invade al técnico blanco, José Mourinho, se centra en el centro del campo y en la pareja de baile que acompañe a Xabi Alonso en Vallecas. Kaká, Granero o Sami Khedira son las variables que maneja el entrenador portugués, que podría no descartar al turco, Nuri Sahin.
Dos formas opuestas
Partido de contrastes, de nada más y nada menos que
treinta puntos de distancia. Partido de
ilusiones cumplidas y de sueños hechos realidad para unos; y de mero trámite y
profesionalismo para otros. En definitiva, un derbi con encanto, en el que dos
modelos totalmente antagónicos demostrarán que aún tienen algo en común, y ese
algo, es el fútbol.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.
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