El drástico descenso de los ingresos del Estado y el bestial incremento
de las prestaciones de Desempleo ( en el 2011 serán necesarios 60.000 millones), podría originar el final de los superávit de la
Seguridad Social para el 2012 . Así, según datos difundidos por el Ministerio de Trabajo
e Inmigración y recogidos por Europapress,
las cuentas de la Seguridad Social arrojaron un superávit de 5.610,60 millones
de euros en los diez primeros meses de 2011, ( lo que supone un descenso del
44,3% frente a los 10.077,1 millones de euros obtenidos en el mismo periodo del
ejercicio anterior (2,35 % menos) , agravado con una
caída en
noviembre de 111.782 afiliados, (el 2,07% menos respecto al mismo mes de
2010), pérdida que nos retrotrae a escenarios de noviembre de 2008, con un
descenso de 197.087 cotizantes a la Seguridad
Social.
Además, según informa
Expansión, la
Seguridad Social sería ya deficitaria en 12 comunidades autónomas y por primera
vez, los cotizantes de Cataluña no son suficientes para pagar a los pensionistas
y su déficit asciende a 260 millones de euros. (El País Vasco desde 2002 ha
multiplicado por cinco su agujero, hasta los 1.300 millones. Asturias, Castilla
y León y Galicia son las regiones en las que más pesa el efecto del
envejecimiento de la población)..
Por
su parte, el
secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio
Granado, ha recordado que el superávit del
sistema se verá reducido en diciembre porque es en ese mes cuando se imputa la
paga extra a los pensionistas y la paga compensatoria por la desviación del IPC
a los pensionistas de mínimas y no contributivas ( en 2011 ascenderá a casi 856
millones de euros.), pero
subrayó “que si al cierre del año, la Seguridad Social
tuviera déficit ( 300 millones de Euros), se financiaría con el superávit de
ejercicios anteriores y no sería necesario acudir al Fondo de Reserva, la
denominada «hucha de las pensiones".
Por otra parte,
la sustitución de
la tradicional doctrina económica del equilibrio presupuestario del Estado por
la del déficit endémico (práctica que por mimetismo han adoptado los
Ayuntamientos y Comunidades Autónomas) contribuirá a que la prima de riesgo
aumente y el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés
reales, lo que unido a las sucesivas rebajas de la calificación de la Deuda del
Estado podría incrementar las dificultades para obtener financiación exterior
(Fitch
revisó en octubre a la baja sus perspectivas sobre la deuda española hasta “AA-”
con perspectiva negativa).
Además, según el
G-14, la
profunda recesión del mercado inmobiliario ( con un desplome de ventas en julio
del 2011 del 60% en comparación al mismo periodo de 2010 y una caída en el
precio de venta de alrededor del 20 %) , conllevará el subsiguiente
endeudamiento crónico de los ayuntamientos y Comunidades Autónomas.
Así, la agencia
de calificación de riesgos Standard&Poor’s
(S&P)
calcula que el déficit de las comunidades autónomas ascenderá este año al 2,1 %
del PIB si la Administración central no les presta apoyo adicional, 0,8 puntos
porcentuales por encima del objetivo fijado por el Gobierno (1,3
%).
Por si ello
fuera poco, la consultora Freemarket expone que los bancos y las cajas
deberán realizar una recapitalización urgente antes del día 30 de junio de
2012,
(así como también
la obligación de dotar activos como la deuda pública a su precio de mercado
actual frente al que tenía a 30 de septiembre de 2011), y dado que la
mayoría tiene bloqueada la financiación externa privada, su situación
empeorará , lo que supondrá de hecho una rebaja del rating de la deuda
española y el riesgo de Default del Reino de
España.
Ello vendrá agravado por los vencimientos de
deuda pública y privada que obligarán al Estado Español a pagar en el 2012 unos
400.000 millones de euros y una la inevitable aplicación de políticas de
racionalización de servicios y optimización de resultado que conllevará el
cierre de incontables sucursales deficitarias hasta dibujarse un escenario de
cinco grandes cajas (operación que contaría con las bendiciones del Banco de
España), no siendo descartable a más largo plazo las fusiones
bancarias.
Finalmente, en vistas a la optimización de recursos
, no sería descartable una progresiva reducción de las competencias autonómicas
que llevaría aparejada una drástica reducción del número de funcionarios y
empleados públicos ,(en la actualidad rondarían los 3, 5 millones y el 85 %
serían funcionarios con un consumo estimado del 1´5% del PIB) , lo que podría
provocar una dramática reducción de los subsidios sociales que afectaría a la
duración y cuantía de las prestaciones de desempleo, a las pensiones de
jubilación y viudedad , a la sanidad pública con la imposición del copago
sanitario y a la posible utilización de la “caja de las
pensiones” ( dotado en la actualidad con unos 65.000 millones de €) en el
horizonte del 2.013.
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