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Cada uno de los diez centímetros que los diferencian en altura parecían estirarse a metros en un O2 rugiendo a favor de su estrella favorita. Pero Ferru no se arrugó, cargó con el quintal de estadísticas encima, y luchó como un jabato hasta el décimo juego. A partir de ahí, la historia la escribió un Roger Federer de récord.

(Agencias)

Será la final número 100 del suizo, una cifra redonda que homenajea a un tenista único. El de Basilea luchará el domingo por convertirse en el único maestro con seis títulos, aumenta a 16 su racha de victorias y deja en un increíble 12-0 la marca con David.

Maldito iguales
Lo cierto es que el alicantino no tiene suerte con Roger. La primera manga no estaba transmitiendo desigualdad alguna entre jugadores. Salvo un par de dobles falta mal unidas, Ferrer mantenía su saque de manera convincente.

La cosa apuntaba bien, especialmente cuando con 5-4 a favor, Ferrer logró poner el 40 iguales al resto. Era la primera vez que lo conseguía, y sería la última. Hasta cinco veces tuvo que cantar deuce Mohamed Layhani, pero no llegó ninguna bola de rotura. Excesivo derroche de oportunidades que Roger no tardó en castigar.

El resto es un 7-5, 6-3 inapelable y el regusto amargo de un torneo brillante con epílogo color decepción. "Me voy contento con el torneo que he hecho. Ha sido una lástima lo de ayer". David perdió semifinales en el tercer set contra Berdych, aunque se lleva para casa dos victorias espectaculares ante Murray y Djokovic. Un botín moral sobresaliente que debe marcar el camino para 2012.

"No es tan fácil como parece. Él ha mejorado mucho. Se ha consolidado en el Top 10, incluso en el Top 5. Creo que tendrá otra sólida temporada el año que viene. Es uno de los mejores restadores del circuito, siempre en forma y con una gran resistencia mental" Palabra del dieciséis veces campeón de Grand Slam. Irrefutable.

Destrozando registros
Así como ayer nos abandonaba la comunidad serbia, hoy ha caído el último miembro del otro país con doble representación en Londres. Nos quedamos solos en el O2, pero con la ilusión de que lo hecho (o no hecho) en la pista británica sea, tanto para Rafa como para Ferru, un punto de motivación extra hacia el esperado desenlace de la Copa Davis.

En nada contaremos también sus victorias en Copa Davis.

Por delante solo queda la gran final entre Federer y Tsonga, que no ha tenido clemencia con un Berdych desaborido. Como Verano Azul en sus buenos tiempos, el encuentro nos llega como reposición doble tras el disputado en París hace un par de semanas y el choque que abrió las ATP World Tour Finals. En ambos casos Roger se hizo con la victoria.

El suizo busca ahora la tercera para animar el trabajo de los estadistas. En caso de triunfo, el genio helvético se pondría líder en solitario con seis entorchados, igualaría la mejor marca de victorias del campeonato (las 39 de Lendl) y superaría a Stefan Edberg, su ídolo de infancia, al acumular 807 alegrías en otros tantos partidos como profesional.  Está como para jubilarse el niño, vamos.

Mañana cerramos desde Londres con un resumen de estas ATP World Tour Finals. Será tiempo de reflexionar sobre lo visto en el O2 y su relación con acontecimientos a corto y medio plazo. Pero antes, la última batalla en la capital inglesa. No os la perdáis, porque amenaza con hacerse un hueco majo en la historia de este deporte. Feliz fin de semana.