Comienza como acabó. El cinco veces campeón de la Copa Masters logró la victoria en el primer partido del torneo tras un encuentro extraño en el O2 Arena. Tras un inicio arrollador, Federer perdió tensión y permitió revivir a un Tsonga que no desaprovechó el regalo, pero que finalmente cedió ante la superioridad de su rival.
El rayo del maestro fulmina al indefenso galoNi tiempo para sentarse hubo en un primer set sin historia. Con la primera rotura del partido, el parcial quedó visto para sentencia gracias en gran medida al acierto de una de las versiones más finas de Roger.
La habitual batuta de las grandes tardes, dirigiendo la pelota con suavidad hacia el lugar idóneo. Jo-Wilfried se convertía en un espectador más incapaz de contrarrestar la precisión suiza del número cuatro del mundo.
Despierta Ali y Federer sufreNadie esperaba ya una amortización de la entrada. El encuentro parecía destinado a formar parte de los cortometrajes del deporte moderno, pero la primera bola de
break para el de Le Mans en el tercer juego cambió el guión.
Tsonga invirtió papeles, discutió la supremacía del suizo y consiguió devolverle un parcial impensable. El brazo del maestro de Basilea perdía su mirilla, acribillado además por la potencia infinita de un rival que se divirtió tanto con la derecha como con el revés cruzado.
La lógica se impone a tres setsA partir de aquí el choque entro en 'modo flan'. Por primera vez llegábamos al empate a dos. Y a tres. Incluso a cuatro. La velocidad de juego (apenas hora y media para tres sets) demostraban que al O2 le seducen los grandes sacadores.
Federer desaprovechó la primera ocasión para romper el servicio de su rival en el sexto juego, pero lanzaría su ataque definitivo con 5-4 a favor. "A veces el tenis va muy rápido", se lamentaba Tsonga ante la pregunta de si los nervios le habían jugado una mala pasada en el desenlace del encuentro. Aunque más veloz aún fue la combinación de despropósitos del francés, que tras errar una volea sencilla en la red y una doble falta, puso en bandeja el partido a un Roger que hizo oficial su condición de favorito.