Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cordoba
No debemos cargarnos los encantos turísticos que Córdoba posee

Los cambios

|

En días pasados en el diario Córdoba leí un artículo titulado “Córdoba a la deriva” en el que su autor denunciaba los cambios negativos que se están produciendo en el casco histórico de la ciudad. Tras leerlo un par de veces, no me quedó claro si su denuncia iba en contra de la modernización de la ciudad o de la forma en la que se está llevando a cabo. Quiero entender que, debido a la gran formación humanística y profesional que el responsable del escrito tiene, se referiría a esto último pues de lo contrario me llevaría una gran decepción.

Aterricé en Córdoba en la década de los 70 procedente de una ciudad alegre, bulliciosa, festivalera, acogedora de cambios y modernidades, sociedad abierta con mucha vida en la calle y me encontré con otra radicalmente opuesta, silenciosa, apática, poco amiga de cambios, cerrada en su idiosincrasia, con una mentalidad retrógrada y nostálgica de su pasado.

Han pasado ya más de 40 décadas y parece que algo ha cambiado más por las circunstancias propias de la misma evolución que por el mero interés de sus habitantes.

La integración de nuevas facultades, las salidas de las nuevas generaciones de su entorno, la incorporación de un gran número de personas procedentes de diversos puntos geográficos, han sido elementos esenciales para ese, llamémosle calmoso cambio, que se está produciendo.

Como espectadora y amante de lo bello en todas sus formas he de decir que las reconstrucciones que se han hecho y se llevan a cabo, salvo algunas excepciones, por cierto muy llamativas, se hacen respetando el enclave y medio ambiente en lo que a la arquitectura se refiere, si bien el empleo que se dé a posteriori sea distinto al que tuviese en su inicio, (creo que es a esto a lo que se refiere el citado artículo). En estos últimos años son varios los artículos que han ido denunciando las atrocidades o aberraciones cometidas en los cambios producidos, como el de Martínez Sierra sobre la contaminación lumínica, reflexiones que hizo en Agosto del 2014, o la remodelación del bulevar Gran Capitán etc. por citar algunas. ¿Por qué antes de acometer un cambio sustancial no se crea una comisión en la que intervengan arquitectos, historiadores y artistas plásticos? Pienso que con las formas adecuadas de llevar a cabo las remodelaciones, guardando la estética arquitectónica, se debe dar paso a la modernización y puesta a punto de las corralas, casas de patios etc. en cuanto a su uso. No debemos cargarnos los encantos turísticos que esta ciudad posee sino potenciarlos. Sería mucho de agradecer que al igual que se hizo en la isla de Lanzarote por Cesar Manrique que la modeló a su gusto e hizo de ella uno de los sitios más bellos, pues supo aunar el sentir de sus habitantes y la naturaleza de forma artística, podría llevarse a cabo algo similar en esta ciudad patrimonio de la humanidad.

Los cambios

No debemos cargarnos los encantos turísticos que Córdoba posee
Carmen Muñoz
sábado, 15 de julio de 2017, 07:50 h (CET)
En días pasados en el diario Córdoba leí un artículo titulado “Córdoba a la deriva” en el que su autor denunciaba los cambios negativos que se están produciendo en el casco histórico de la ciudad. Tras leerlo un par de veces, no me quedó claro si su denuncia iba en contra de la modernización de la ciudad o de la forma en la que se está llevando a cabo. Quiero entender que, debido a la gran formación humanística y profesional que el responsable del escrito tiene, se referiría a esto último pues de lo contrario me llevaría una gran decepción.

Aterricé en Córdoba en la década de los 70 procedente de una ciudad alegre, bulliciosa, festivalera, acogedora de cambios y modernidades, sociedad abierta con mucha vida en la calle y me encontré con otra radicalmente opuesta, silenciosa, apática, poco amiga de cambios, cerrada en su idiosincrasia, con una mentalidad retrógrada y nostálgica de su pasado.

Han pasado ya más de 40 décadas y parece que algo ha cambiado más por las circunstancias propias de la misma evolución que por el mero interés de sus habitantes.

La integración de nuevas facultades, las salidas de las nuevas generaciones de su entorno, la incorporación de un gran número de personas procedentes de diversos puntos geográficos, han sido elementos esenciales para ese, llamémosle calmoso cambio, que se está produciendo.

Como espectadora y amante de lo bello en todas sus formas he de decir que las reconstrucciones que se han hecho y se llevan a cabo, salvo algunas excepciones, por cierto muy llamativas, se hacen respetando el enclave y medio ambiente en lo que a la arquitectura se refiere, si bien el empleo que se dé a posteriori sea distinto al que tuviese en su inicio, (creo que es a esto a lo que se refiere el citado artículo). En estos últimos años son varios los artículos que han ido denunciando las atrocidades o aberraciones cometidas en los cambios producidos, como el de Martínez Sierra sobre la contaminación lumínica, reflexiones que hizo en Agosto del 2014, o la remodelación del bulevar Gran Capitán etc. por citar algunas. ¿Por qué antes de acometer un cambio sustancial no se crea una comisión en la que intervengan arquitectos, historiadores y artistas plásticos? Pienso que con las formas adecuadas de llevar a cabo las remodelaciones, guardando la estética arquitectónica, se debe dar paso a la modernización y puesta a punto de las corralas, casas de patios etc. en cuanto a su uso. No debemos cargarnos los encantos turísticos que esta ciudad posee sino potenciarlos. Sería mucho de agradecer que al igual que se hizo en la isla de Lanzarote por Cesar Manrique que la modeló a su gusto e hizo de ella uno de los sitios más bellos, pues supo aunar el sentir de sus habitantes y la naturaleza de forma artística, podría llevarse a cabo algo similar en esta ciudad patrimonio de la humanidad.

Noticias relacionadas

Empezamos el 20 aniversario del traspaso de Juan Pablo II. El pasado 2 de abril hizo 19 años de su muerte, aquel día caía en la víspera de la fiesta de la divina misericordia (del próximo domingo, al término de la Octava de Pascua). El papa Wojtyla proclamó esta fiesta, de algún modo resumiendo su pontificado, como tenía preparado decir aquel día en cuya víspera murió.

Un 16 de abril de 1935, las tropas comandadas por Rafael Franco alcanzan finalmente Charagua, a casi mil kilómetros de distancia al norte del río Paraguay, objetivo boliviano al lanzarse a la guerra. Las fuerzas de Bolivia habían retrocedido casi ochocientos kilómetros desde las posiciones ocupadas al principio de la guerra.

Carlos Cuerpo, desde el mes de diciembre, es el ministro de Economía, Comercio y Empresa. Con respeto a ministros y conceptos, la actualidad del lunes estaba en las agendas y desayunos de los ministros Óscar Puente y Carlos Cuerpo. Europa Press o Nueva Economía Fórum como opciones en un chat de periodistas: ¿A Puente o a Cuerpo? Cuerpo, por conocerlo. Cuerpo, claro.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto