En el caso de una respuesta afirmativa, aún permanecerá sin dilucidar si la proyección del empeño va encaminada o no al bienestar de las personas, al simple dibujo de unos gráficos llamativos, o a unas declaraciones desprovistas de buenos fundamentos y quizá encubridoras de quién sabe qué marañas. ¿Somos excesivamente confiados? En ese supuesto, por incapacidad, por negligencia o por malicia interesada; o bien a través de la conjunción de todas ellas, delegamos en ciertos personajillos lo que no debiéramos ceder nunca a otras mentes. ¿Los cauces empleados por la razón son los adecuados? Porque en el caso contrario, vamos apañados con la serie de monsergas que nos vienen encima. Cualquier persona tiene en su horizonte diario tesituras como las mencionadas. La pertinencia o no de las actitudes adoptadas entraña otras consideraciones.
Cuando ya casi asumíamos con credulidad exagerada eso de la globalización, a causa de las maniobras a las que nos vemos sometidos; descubrimos que sobre las personas, sobre cada individuo en particular, sobrevienen unas agresiones de signo totalmente contrario, porque inciden en el núcleo íntimo individual. Pretenden deshacernos en añicos, trabajan hacia nuestra FRAGMENTACIÓN como personas. Nos acucian por separado diversos asuntos y dejamos de percibirnos a nosotros mismos como entes individuales. Ell individuo se torna irreconocible, no existiría como unidad; y por lo tanto, tampoco como fuerza resistente ante los atropellos. La erosión interna continuará si no reaccionamos.
Los tratamiento de la economía circulan con autonomía, sin apenas consideraciones hacia la percepción de cada sujeto. El sentimiento religioso presenta sus credenciales separado del resto de actividades, aislado de las responsabilidades. Si hablamos de educación, las referencias manejan circunstancias legales, profesionales o estructurales, sin dejar espacio para que intervengan las peculiaridades y sin enlaces con otras áreas de la sensibilidad social. Las ciencias recluyen sus consideraciones a los círculos muy especializados. También el arte lo hemos situado en estructuras funcionales alejadas de la gente. La DISPERSIÓN es evidente. Cómo podrá una persona, ni tan siquiera pensar, en que sobre su existencia deben juntarse estas y otras realidades como una sociación y no como unas fuerzas centrífugas y disgregadoras.
Son distorsiones apreciadas fácilmente a través de las exageraciones en las que solemos caer. Llegamos a definirlas como auténticas enfermedades padecidas por quienes las practican. De tal guisa, observamos fanatismos enfebrecidos adheridos a diversas creencias, o aquellos sujetos que sólo viven para el trabajo de una manera obsesiva, enfermiza; son algunos ejemplos de personas obcecadas con una sola vertiente de sus cualidades. Ni son únicos ni se agotará el tema con los citados. Son la expresión genuina de la disgregación apuntada en las líneas previas. Precisamente, cuando no eludimos las DIFICULTADES de la vida diaria; frente a ellas, siempre resultan escasos los recursos. Cada persona precisa de todas las parcelas mencionadas y de las que consiga inventar. Ni un solo individuo está cortado en trozos separados. Con sus peculiaridades, echa mano de los sectores a su alcance (Economía, educación, religión, ciencia, etc.). Estamos involucrados en una labor exigente, para una minuciosa adaptación a las circunstancias y necesitada de mucha inventiva personal. En semejante combate contra la fragmentación, consolidamos la que debiera incluirse en las “Bellas Artes”, la vida de cada uno. ¿Qué arte exige tantos requisitos para sus expresiones? Son dimensiones vivas de la existencia, cuya presencia resulta básica.
La mentira de esas estructuras enfrentadas a cada sujeto en particular, radica en la falsedad de sus fines; aunque proclaman el servicio a las personas, las utilizan como servidores forzados del ente creado. Los sujetos padecen las impertinencias impotentes y sufridos. Abundan las empresas, sociedades e instituciones, adheridas a esos talantes. Además de su potencia, actúan por separado; el individuo lucha en diversos frentes. El reto plantea la contundencia de la disyuntiva; esclavizados por servidumbres de ese tipo o dispuestos a reclamarles sus apoyos. Esta segunda opción constructiva exige una APERTURA interactiva para la comunicación fluida de las utilidades obtenidas. Tiene su dificultad, porque las trabas introducidas son potentes, sean jerárquicas, por ocultamientos, burocráticas o debidas a las corruptelas. En resumen, convendría invertir la dirección de las fuerzas, para que estas beneficien a las personas y no al revés. ¿Invitan al optimismo las tendencias actuales? Pienso que no, la disgregación surte de utilidades a demasiadas poltronas.
¿Un despropósito sin solución?, Siempre surgen intereses ocultos que manipulan las informaciones; podremos clarificarlo bastante si recurrimos a los matemáticos. Ellos nos enseñaron la “teoría de los 3 niveles”, muy aplicable a los enredos sacados hoy a colación. También en la sociead existe un primerísimo NIVEL REAL, en el cual está situada cada persona. Muy a pesar de quienes pretendan olvidarlo, los vínculos de cada individuo ejercen su influencia desde su concepción hasta su muerte, es algo real y evidente. En este primer nivel rigen vinculaciones continuamente. Ese sujeto concreto, cada uno, constituye un fin en sí mismo, que exige el mayor de los respetos. No son simples frases. La sociedad que se precie de tal, ha de contar con esa realidad, no puede subordinar las circunstancias o la vida de esa persona a la satisfacción de otras apetencias. Por eso, primeras necesidades, educación, expresiones y también afectos o sensibilidades, deben comenzar en cada sujeto. En el caso de un desmembramiento de este primer escalón, con esas actitudes, dejaríamos de considerar a la convivencia como auténtica, precisaría otra definición lamentable.
El segundo nivel es muy interesante, elabora una serie de conceptos para ordenar el pensamiento, con independencia de la naturaleza de esos conceptos. Su nivel de abstracción varía, por lo que recurrimos a diversos dibujos o esquemas para observarlos con mayor comodidad. De forma parecida, en la sociedad, la profusión de GRAFISMOS de lo más pintorescos nos invade. Es cierto, todos indican algo, aunque arrastren una regla común; en la medida de semejante invasión, dejan de lado a las personas en directo. Un ejemplo, porcentajes hasta en las cejas, 10 % de consumo de drogas en la edad escolar, cifra arriba o abajo; lo cierto es que no relatan, dejan de lado, las trágicas desventuras de los implicados, permanecen silenciados detrás de esos números. Hemos creado unos gráficos que eluden el trato directo con el problema personal y sus consecuencias particulares. Lo mismo ocurre con asesinatos, embarazos o parados; el dibujo en cuestión escapa, o por lo menos no incluye los dramas concretos. ¿Los damos por percibidos?
Llaman axiomático al tercer nivel, basado en la emisión de unos enunciados, tomados después como principios de funcionamiento; dispongan o no de una ratificación fundamental. Axiomas como esos son los responsables del DESBORDAMIENTO social que nos descompone. Porque no faltan principios de indemnizaciones millonarias a banqueros, desvíos dinerarios a cargos públicos, subvenciones escandalosas y principios de malas gestiones. Imponen principios nefastos a costa de los ciudadanos excluídos de sus indicaciones.
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