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A menudo, en el tejido invisible de las familias, existe una figura discreta, la persona que, durante años, se ha dedicado a cuidar de todos, postergando sus propios sueños, su salud y su bienestar. Mientras otros miembros del entorno familiar elegían vivir sus propias vidas, sin asumir responsabilidades, esta figura silenciosa sostenía a los demás, día tras día, sin pedir nada a cambio.
Pese a la tendencia dominante dirigida al lavado de cerebro colectivo, alentado por la animada sociedad del espectáculo que se impone en esta colonia del imperio USA, que aspira inútilmente a ser un imperio y se queda por el camino, afectada por el peso de la burocracia, este fin de semana ha facilitado temas que pudieran servir de motivo para la reflexión ciudadana, en el supuesto de que fuera posible.
¿No somos nosotros los que sufragamos la riqueza de las élites progres? ¿No son los ciudadanos los que compran cada vez más caros los productos que ofrecen las grandes corporaciones y multinacionales? ¿No son los ciudadanos los que deben soportar el recorte presupuestario y el descenso de calidad de los servicios públicos?
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