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Las cálidas aguas del verano nos invitan a disfrutar de la playa y el mar, pero con la subida de las temperaturas, una amenaza silenciosa emerge en nuestras costas: las medusas. Estos enigmáticos animales marinos, bellos y transparentes, se convierten en la pesadilla de muchos bañistas, causando picaduras que pueden arruinar un día de vacaciones. La prevención y saber cómo actuar es crucial para minimizar los riesgos y disfrutar del verano sin sobresaltos.
El aumento de la exposición durante el verano a factores externos como el sol, el cloro, el aire acondicionado o el polen provocan un incremento de las consultas relacionadas con problemas oculares. En este sentido, se aprecia un repunte en casos de conjuntivitis, queratitis, síndrome de ojo seco y traumatismos oculares durante estos meses. Afecciones que, de no ser tratadas correctamente y a tiempo, pueden derivar en complicaciones importantes.
Con la llegada de las altas temperaturas, los especialistas advierten sobre el peligro del golpe de calor, una urgencia médica que puede ser especialmente grave en los niños por su menor capacidad para regular la temperatura corporal. Los principales signos de alarma por un golpe de calor incluyen fiebre alta, confusión mental, piel caliente y enrojecida, sudoración excesiva, náuseas o vómitos.
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