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Los grandes partidos analizan los resultados de las elecciones, pero siguen sin aprender la lección: España quiere una verdadera democracia

¡Cuidado! Hemos despertado

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Por fin han pasado las elecciones. Tras el pasado domingo, el poder ha cambiado de manos en buena parte de España pero todos sabemos que lo siguen teniendo los de siempre. Porque son los mismos, pero con otra chaqueta. Mientras los indignados siguen una semana más en Sol y el resto de plazas españolas, un PP eufórico se dispone a tomar posesión de autonomías y ayuntamientos tras el histórico hundimiento electoral de los socialistas.

Pero a pesar de lo que pueda parecer, sí han cambiado muchas cosas. No sabemos cuánto durarán las acampadas, porque tras las elecciones los políticos que la semana pasada fingían escucharnos hoy se han vuelto sordos otra vez. De repente, volvemos a molestar ahí fuera, así que nuestra presencia ahí es cuestión de tiempo. Pero no importa, porque sabemos que podemos recuperar la calle cuando nos dé la gana. Hemos ganado la primera batalla, y nos hemos dado cuenta de lo que somos capaces.

Dentro de un año España elige presidente. Rajoy ya se relame pensando que ya es su turno, pues enfrente tiene a un PSOE roto al que le crecen los enanos y aún no sabe quién será su candidato. Todo eso da igual, porque tenemos un año entero para prepararnos. Conocemos nuestras fortalezas y sus debilidades. Cada día somos más los que reclamamos una democracia de verdad. Hasta ahora sabíamos lo que no queríamos, pero ahora sabemos lo que queremos, y no pararemos hasta conseguirlo.

A los que nos acusan de desorganizados y de no presentar una propuesta clara, aquí la tenemos, cuatro puntos irrenunciables para conseguir que España vuelva a creer en la democracia:

-Reforma electoral encaminada a una democracia más representativa y de proporcionalidad real y con el objetivo adicional de desarrollar mecanismos efectivos de participación ciudadana.

-Lucha contra la corrupción mediante normas orientadas a una total transparencia política.

-Separación efectiva de los poderes públicos.

-Creación de mecanismos de control ciudadano para la exigencia efectiva de responsabilidad política.

Ningún político puede negarse a esto. Y si no encontramos a ninguno capaz de llevarlo a cabo, les quitaremos y pondremos a otros. No somos revolucionarios, somos ciudadanos y queremos empezar a ejercer como tales, sin que nos tomen el pelo. Mucho cuidado, porque nos hemos despertado.

¡Cuidado! Hemos despertado

Los grandes partidos analizan los resultados de las elecciones, pero siguen sin aprender la lección: España quiere una verdadera democracia
Pablo Lázaro
viernes, 27 de mayo de 2011, 10:14 h (CET)
Por fin han pasado las elecciones. Tras el pasado domingo, el poder ha cambiado de manos en buena parte de España pero todos sabemos que lo siguen teniendo los de siempre. Porque son los mismos, pero con otra chaqueta. Mientras los indignados siguen una semana más en Sol y el resto de plazas españolas, un PP eufórico se dispone a tomar posesión de autonomías y ayuntamientos tras el histórico hundimiento electoral de los socialistas.

Pero a pesar de lo que pueda parecer, sí han cambiado muchas cosas. No sabemos cuánto durarán las acampadas, porque tras las elecciones los políticos que la semana pasada fingían escucharnos hoy se han vuelto sordos otra vez. De repente, volvemos a molestar ahí fuera, así que nuestra presencia ahí es cuestión de tiempo. Pero no importa, porque sabemos que podemos recuperar la calle cuando nos dé la gana. Hemos ganado la primera batalla, y nos hemos dado cuenta de lo que somos capaces.

Dentro de un año España elige presidente. Rajoy ya se relame pensando que ya es su turno, pues enfrente tiene a un PSOE roto al que le crecen los enanos y aún no sabe quién será su candidato. Todo eso da igual, porque tenemos un año entero para prepararnos. Conocemos nuestras fortalezas y sus debilidades. Cada día somos más los que reclamamos una democracia de verdad. Hasta ahora sabíamos lo que no queríamos, pero ahora sabemos lo que queremos, y no pararemos hasta conseguirlo.

A los que nos acusan de desorganizados y de no presentar una propuesta clara, aquí la tenemos, cuatro puntos irrenunciables para conseguir que España vuelva a creer en la democracia:

-Reforma electoral encaminada a una democracia más representativa y de proporcionalidad real y con el objetivo adicional de desarrollar mecanismos efectivos de participación ciudadana.

-Lucha contra la corrupción mediante normas orientadas a una total transparencia política.

-Separación efectiva de los poderes públicos.

-Creación de mecanismos de control ciudadano para la exigencia efectiva de responsabilidad política.

Ningún político puede negarse a esto. Y si no encontramos a ninguno capaz de llevarlo a cabo, les quitaremos y pondremos a otros. No somos revolucionarios, somos ciudadanos y queremos empezar a ejercer como tales, sin que nos tomen el pelo. Mucho cuidado, porque nos hemos despertado.

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