El sociólogo noruego Johan Galtung recibió el título de doctor honoris causa de la Universidad Complutense el pasado día 27 de enero. Fue durante el acto protocolario habitual que se celebra coincidiendo con la fiesta de Santo Tomás de Aquino, en el que tiene lugar también la investidura de los nuevos doctores y doctoras de las distintas facultades.
En un paraninfo lleno al completo, se esperaban las palabras del profesor como agua de mayo, en un momento de tanta incertidumbre política y social. Fiel a su estilo, improvisó una conferencia que resultó ser magistral y respondió a lo que esperábamos de él. Habló de conflicto y violencia, de la causa y del síntoma de las guerras, y de la creación de las condiciones para la mediación y la paz. “El conflicto no es sinónimo de violencia, en realidad es la incompatibilidad de objetivos” –dijo–. Por eso en la mediación se busca hacer compatibles objetivos de las partes enfrentadas.
Galtung, un referente en las ciencias sociales y políticas, cofundador en Oslo en 1959 del Instituto Internacional de Investigación para la Paz, y creador de la Revista Internacional para la Investigación sobre la Paz, mantiene que la violencia es cultural y que no está determinada por la naturaleza. Aunque no lo expresó directamente, insinuó que las religiones sí intervienen en la cultura y la predisposición a las guerras al afirmar: “Los budistas son mucho menos violentos que judíos”, y añadió: “La sociedad menos violenta es la de los esquimales.
Entre los países más belicosos situó a Estados Unidos y afirmó que desde 1945 ha asesinado a 27 millones de personas en decenas de países.
Galtung ha sido profesor en 50 universidades y es un referente fundamental en la teoría feminista por sus análisis de la violencia que expone a través de un triángulo. Según el cual, en el vértice superior se sitúa la violencia directa, física o verbal; y en los vértices inferiores, sosteniendo a los anteriores conceptos, coloca la violencia estructural y la violencia cultural, que legitiman la violencia sexista, el patriarcado y el machismo. Por ello, el profesor encargado de la presentación, Ferri Durá, lo calificó de feminista.