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“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones” Wiston Churchill

Aznar debería dirigir el PP, no crear otro partido

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Los síntomas de que el actual PP está tomando una deriva que muchos consideramos equivocada, las continuas cesiones ante quienes son partidarios de incrementar el gasto público mediante concesiones de tipo social, para las que el país no está preparado si no es acudiendo a la deuda pública, un recurso que ya ha llegado a convertirse en una de las preocupaciones mayores para el Gobierno, cuando ya está rondando cifras muy similares a las del PIB de la nación española. No es que nos llame la atención que, esta nueva política del señor Rajoy, discurra por estos derroteros ni que nos sorprenda que haya adoptado, junto con la camarilla de un ejecutivo integrado por personas de confianza porque, desde que se avino a gobernar en minoría, apoyado solamente por Cs’ y por CC y la abstención, a regañadientes, de un PSOE en una situación parecida a la de un enfermo en coma; era obvio que se iba a encontrar a merced de la mayoría de izquierdas que se ha hecho con el control del Parlamento de la nación.

La política iniciada, bajo la presión de quienes le dictan el camino al que debe ajustarse, por Mariano Rajoy y su equipo, parece que se ajusta más a la que sería propia de un partido social-demócrata que a la que, hasta hace pocos meses, era la que caracterizaba al PP, un partido de derechas, evolucionado a centro-derecha, aunque, evidentemente, hace ya bastante tiempo que viene dando muestras de ser reacio a afrontar determinados temas de gran calado, fundamentales desde el punto de vista del electorado que lo viene votando y que ha sido causa de que, de un tiempo a esta parte, muchos de quienes lo votaban hayan decidido no hacerlo. El problema catalán, como ya hemos repetido infinidad de veces, ha ido empeorando a pesar de que, desde el gobierno de Madrid, se han esmerado en darles el tiempo, oportunidades y facilidades para que los separatistas y nacionalistas que vienen envenenando la situación, pudieran enmendar su postura desafiante, sus peticiones inasumibles y sus exigencias de la celebración de un referéndum, cuando saben de sobras que no puede ser aceptado por el gobierno español.

Las muestras de debilidad han culminado cuando, la señora Sáez de Santamaría, se ha avenido a establecer una oficina en Cataluña para lamerles los pies a los separatistas, intentando algo que muchos vemos imposible: que renuncien a lo que ellos llaman su “proceso constituyente” que, a pesar del TC y de las continuas advertencias que se les vienen haciendo desde las distintas instituciones del país, sigue avanzando sin que nadie parezca querer dar el paso definitivo para impedir que llegue a convertirse en un problema de suma gravedad, imposible de solucionar políticamente o con “diálogos de sordos”, que es lo que parece querer hacer nuestra vicepresidenta con sus contactos con los personajes más correosos y fanatizados de la política de Cataluña.

La incorporación reciente de una ministra catalana ( no se sabe si en un intento de acercamiento a los catalanes), la señora Dolors Montserrat, como ministra de Sanidad no parece que haya contribuido, en modo alguno, a suavizar el enfrentamiento existente entre Gobierno y Generalitat y, si en algo se ha distinguido, ha sido en intentar hacer que los ciudadanos paguen más, anunciando que se van a incrementar las cantidades del copago de medicinas para aquellos jubilados que perciban cantidades superiores a los 18.000 euros anuales. Lo ha dicho y, luego, lo ha desmentido, afirmando que ésta es su intención pero que, primero, tiene que hacer el estudio que llevarán a cabo los especialistas, para valorar la conveniencia de imponer o no, a los que han pagado más durante su vida laboral, la consecuencia de que, el Estado, no haya encontrado el medio de poner en cintura a las empresas farmacéuticas a las que les compran los medicamentos. ¿No hubiera sido preferible que, primero hubiera encargado el estudio y luego, si pensaba hacerlo, lo hubiera anunciado?

Necesitan sacar dinero de donde sea, porque las exigencias de los 150 puntos que tuvieron que aceptar del señor Rivera de Cs`, suponen disponer de importantes cantidades para poder atender a los temas sociales que quedaron incluidos en las cesiones que los negociantes del PP tuvieron que aceptar. El señor Montoro (no sería peor cualquier ministro de un partido socialista en el gobierno de un país) ya nos ha anunciado aumentos en los impuestos y mano de hierro para que nadie deje de pagar ni un centavo para nutrir las arcas del Tesoro. Una política, diametralmente, opuesta a la que puso en práctica, en su día, el gobierno de José Mª Aznar. No parece que, el señor Rajoy, haya atendido a los consejos que repetidamente le han llegado del expresidente en las numerosas veces en las que se lo ha venido haciendo.

Y todo esto, señores, cuando apenas hemos comenzado la legislatura y la oposición, a causa de sus divisiones internas, todavía no ha utilizado su artillería pesada para acosar al Gobierno. El actual ejecutivo da muestras de estar completamente desarbolado y, por mucho que lo quieran disimular y pretenda simular que todo va como la seda, estamos viendo que, hasta este momento, no ha hecho más que ir aceptando todo cuanto se le viene imponiendo desde las filas de la oposición. Está contra las cuerdas en el caso del señor Trillo, aunque era evidente que, quienes quieren desacreditarlo y acabar con él, no podían desaprovechar una ocasión tan favorable para ponerlo en la picota. No saben reaccionar a tiempo y cuando han pretendido solucionar el marrón, dando de baja al interesado, destituyéndole como embajador en GB; ya se pide, por la oposición, que no ocupe su puesto, ganado por oposición, como letrado del Consejo de Estado. Y aún han dado un paso más, para tratar de humillar al interesado y de paso al PP porque, ahora intentan que el interesado, señor Trillo, pida públicamente perdón. ¿Lo hará, consumando este viacrucis que podría haber solventado si no hubieran mentido desde el primer momento en que tuvo lugar el accidente del Yak? Un acontecimiento que tuvo lugar hace más de trece años y todavía venía coleando. ¡Se han lucido, los del Consejo de Estado, por su “rapidez” en llegar a la conclusión que han tomado!

El señor Aznar ha dado muestras de vida. El señor Aznar ha hablado y ha sacado a relucir todas las cuestiones en las que sus compañeros de partido han metido la pata. El expresidente ha dicho que no se puede seguir así y que es preciso que el PP cambie de rumbo. El señor Aznar debe ser consecuente con sus manifestaciones y, como español, como defensor de los valores de su partido y como persona de reconocida capacidad para afrontar momentos difíciles, debería tomar conciencia de que, el país, lo necesita y, en consecuencia, dar el paso adelante que se le pide. No basta advertir del mal rumbo que llevamos, ni de los peligros de que los comunistas pudieran hacerse con el poder o de las consecuencias de endeudarse más de lo debido, a causa de los compromisos de mayor gasto público que vienen asumiendo en esta legislatura o de la locura que significaría que España dejara de cumplir los objetivos que se nos han señalado por la UE.

No hay que crear un partido nuevo por mucho que, algunos (incluso algunas encuestas), piensen que una formación presidida por Aznar conseguiría algunos millones de votos y bastantes escaños en el Parlamento. No se trata tanto de librarse de los actuales dirigentes del PP, dejando al partido con menos escaños y dividido sino que, lo que es deseable, es que el señor Aznar deje de ser un número más en el PP, que se promocione y luche para recobrar el puesto que, hace años dejó, pero que, en la actualidad, precisa de una persona de su talante, de su energía, de su rapidez de reflejos y de su carisma, para que, el PP, en lugar de dividirse y de repartir escaños con otro partido de derechas, lo que haga sea promover la sinergia de saber potenciar su impacto en la sociedad española mediante el relevo en la dirección y el fortalecimiento que representaría, para el partido, la presencia de un peso pesado de la talla del señor Aznar, al frente del PP.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, sentimos la imperativa necesidad de manifestar lo que, desde la modestia de ser uno más de los españoles que tiene la urgencia de dar a conocer lo que piensa de su país, de quienes lo gobiernan y de lo que, su experiencia de tantos años de vida, le ha enseñado de las personas, sus defectos y virtudes y de las catástrofes que, en muchas ocasiones, se producen por no haber sabido detener y solucionar a tiempo problemas que, desde las alturas del poder, en ocasiones, se ha tendido a minimizarlos. ¡Ojalá, nos equivoquemos en el pronóstico!, sería bueno para España.

Aznar debería dirigir el PP, no crear otro partido

“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones” Wiston Churchill
Miguel Massanet
miércoles, 11 de enero de 2017, 01:05 h (CET)
Los síntomas de que el actual PP está tomando una deriva que muchos consideramos equivocada, las continuas cesiones ante quienes son partidarios de incrementar el gasto público mediante concesiones de tipo social, para las que el país no está preparado si no es acudiendo a la deuda pública, un recurso que ya ha llegado a convertirse en una de las preocupaciones mayores para el Gobierno, cuando ya está rondando cifras muy similares a las del PIB de la nación española. No es que nos llame la atención que, esta nueva política del señor Rajoy, discurra por estos derroteros ni que nos sorprenda que haya adoptado, junto con la camarilla de un ejecutivo integrado por personas de confianza porque, desde que se avino a gobernar en minoría, apoyado solamente por Cs’ y por CC y la abstención, a regañadientes, de un PSOE en una situación parecida a la de un enfermo en coma; era obvio que se iba a encontrar a merced de la mayoría de izquierdas que se ha hecho con el control del Parlamento de la nación.

La política iniciada, bajo la presión de quienes le dictan el camino al que debe ajustarse, por Mariano Rajoy y su equipo, parece que se ajusta más a la que sería propia de un partido social-demócrata que a la que, hasta hace pocos meses, era la que caracterizaba al PP, un partido de derechas, evolucionado a centro-derecha, aunque, evidentemente, hace ya bastante tiempo que viene dando muestras de ser reacio a afrontar determinados temas de gran calado, fundamentales desde el punto de vista del electorado que lo viene votando y que ha sido causa de que, de un tiempo a esta parte, muchos de quienes lo votaban hayan decidido no hacerlo. El problema catalán, como ya hemos repetido infinidad de veces, ha ido empeorando a pesar de que, desde el gobierno de Madrid, se han esmerado en darles el tiempo, oportunidades y facilidades para que los separatistas y nacionalistas que vienen envenenando la situación, pudieran enmendar su postura desafiante, sus peticiones inasumibles y sus exigencias de la celebración de un referéndum, cuando saben de sobras que no puede ser aceptado por el gobierno español.

Las muestras de debilidad han culminado cuando, la señora Sáez de Santamaría, se ha avenido a establecer una oficina en Cataluña para lamerles los pies a los separatistas, intentando algo que muchos vemos imposible: que renuncien a lo que ellos llaman su “proceso constituyente” que, a pesar del TC y de las continuas advertencias que se les vienen haciendo desde las distintas instituciones del país, sigue avanzando sin que nadie parezca querer dar el paso definitivo para impedir que llegue a convertirse en un problema de suma gravedad, imposible de solucionar políticamente o con “diálogos de sordos”, que es lo que parece querer hacer nuestra vicepresidenta con sus contactos con los personajes más correosos y fanatizados de la política de Cataluña.

La incorporación reciente de una ministra catalana ( no se sabe si en un intento de acercamiento a los catalanes), la señora Dolors Montserrat, como ministra de Sanidad no parece que haya contribuido, en modo alguno, a suavizar el enfrentamiento existente entre Gobierno y Generalitat y, si en algo se ha distinguido, ha sido en intentar hacer que los ciudadanos paguen más, anunciando que se van a incrementar las cantidades del copago de medicinas para aquellos jubilados que perciban cantidades superiores a los 18.000 euros anuales. Lo ha dicho y, luego, lo ha desmentido, afirmando que ésta es su intención pero que, primero, tiene que hacer el estudio que llevarán a cabo los especialistas, para valorar la conveniencia de imponer o no, a los que han pagado más durante su vida laboral, la consecuencia de que, el Estado, no haya encontrado el medio de poner en cintura a las empresas farmacéuticas a las que les compran los medicamentos. ¿No hubiera sido preferible que, primero hubiera encargado el estudio y luego, si pensaba hacerlo, lo hubiera anunciado?

Necesitan sacar dinero de donde sea, porque las exigencias de los 150 puntos que tuvieron que aceptar del señor Rivera de Cs`, suponen disponer de importantes cantidades para poder atender a los temas sociales que quedaron incluidos en las cesiones que los negociantes del PP tuvieron que aceptar. El señor Montoro (no sería peor cualquier ministro de un partido socialista en el gobierno de un país) ya nos ha anunciado aumentos en los impuestos y mano de hierro para que nadie deje de pagar ni un centavo para nutrir las arcas del Tesoro. Una política, diametralmente, opuesta a la que puso en práctica, en su día, el gobierno de José Mª Aznar. No parece que, el señor Rajoy, haya atendido a los consejos que repetidamente le han llegado del expresidente en las numerosas veces en las que se lo ha venido haciendo.

Y todo esto, señores, cuando apenas hemos comenzado la legislatura y la oposición, a causa de sus divisiones internas, todavía no ha utilizado su artillería pesada para acosar al Gobierno. El actual ejecutivo da muestras de estar completamente desarbolado y, por mucho que lo quieran disimular y pretenda simular que todo va como la seda, estamos viendo que, hasta este momento, no ha hecho más que ir aceptando todo cuanto se le viene imponiendo desde las filas de la oposición. Está contra las cuerdas en el caso del señor Trillo, aunque era evidente que, quienes quieren desacreditarlo y acabar con él, no podían desaprovechar una ocasión tan favorable para ponerlo en la picota. No saben reaccionar a tiempo y cuando han pretendido solucionar el marrón, dando de baja al interesado, destituyéndole como embajador en GB; ya se pide, por la oposición, que no ocupe su puesto, ganado por oposición, como letrado del Consejo de Estado. Y aún han dado un paso más, para tratar de humillar al interesado y de paso al PP porque, ahora intentan que el interesado, señor Trillo, pida públicamente perdón. ¿Lo hará, consumando este viacrucis que podría haber solventado si no hubieran mentido desde el primer momento en que tuvo lugar el accidente del Yak? Un acontecimiento que tuvo lugar hace más de trece años y todavía venía coleando. ¡Se han lucido, los del Consejo de Estado, por su “rapidez” en llegar a la conclusión que han tomado!

El señor Aznar ha dado muestras de vida. El señor Aznar ha hablado y ha sacado a relucir todas las cuestiones en las que sus compañeros de partido han metido la pata. El expresidente ha dicho que no se puede seguir así y que es preciso que el PP cambie de rumbo. El señor Aznar debe ser consecuente con sus manifestaciones y, como español, como defensor de los valores de su partido y como persona de reconocida capacidad para afrontar momentos difíciles, debería tomar conciencia de que, el país, lo necesita y, en consecuencia, dar el paso adelante que se le pide. No basta advertir del mal rumbo que llevamos, ni de los peligros de que los comunistas pudieran hacerse con el poder o de las consecuencias de endeudarse más de lo debido, a causa de los compromisos de mayor gasto público que vienen asumiendo en esta legislatura o de la locura que significaría que España dejara de cumplir los objetivos que se nos han señalado por la UE.

No hay que crear un partido nuevo por mucho que, algunos (incluso algunas encuestas), piensen que una formación presidida por Aznar conseguiría algunos millones de votos y bastantes escaños en el Parlamento. No se trata tanto de librarse de los actuales dirigentes del PP, dejando al partido con menos escaños y dividido sino que, lo que es deseable, es que el señor Aznar deje de ser un número más en el PP, que se promocione y luche para recobrar el puesto que, hace años dejó, pero que, en la actualidad, precisa de una persona de su talante, de su energía, de su rapidez de reflejos y de su carisma, para que, el PP, en lugar de dividirse y de repartir escaños con otro partido de derechas, lo que haga sea promover la sinergia de saber potenciar su impacto en la sociedad española mediante el relevo en la dirección y el fortalecimiento que representaría, para el partido, la presencia de un peso pesado de la talla del señor Aznar, al frente del PP.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, sentimos la imperativa necesidad de manifestar lo que, desde la modestia de ser uno más de los españoles que tiene la urgencia de dar a conocer lo que piensa de su país, de quienes lo gobiernan y de lo que, su experiencia de tantos años de vida, le ha enseñado de las personas, sus defectos y virtudes y de las catástrofes que, en muchas ocasiones, se producen por no haber sabido detener y solucionar a tiempo problemas que, desde las alturas del poder, en ocasiones, se ha tendido a minimizarlos. ¡Ojalá, nos equivoquemos en el pronóstico!, sería bueno para España.

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