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Erotismo consciente caricias largas y miradas que anticipan todo

Cómo maduramos en pareja

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Habéis pensado que el amor sereno de la pareja madura ya no es el mismo sentimiento, es diferente del que se siente por un amigo.

Conforme una pareja madura, se va impregnando de la proximidad y de la profundidad con su esencia. Sucede que conforme la distancia se acorta la relación cotidiana deviene progresivamente conjuntada. Es bello: "se trata de una dimensión que, trascendiendo el pensamiento y la mente concreta, aparece poco a poco en cada vida igual que aparecen en la noche las estrellas"

Sucede en la pareja igual que en todos los órdenes de la vida, el tiempo pasa y los sentimientos se relajan, se aquietan. Entonces las emociones se equilibran y el amor se vive en la grandeza de una amistad fraterna. Una amistad que no pide, incluso ofrece, que no juzga, sino que comprende y abraza. Realmente el sentimiento sereno de la amistad que les brota del amor maduro no dista mucho del que se siente al abrazar a un amigo de la infancia.

Una vez que se apacigua la pasión y la urgencia de los primeros tiempos, y una vez aceptadas las sombras iniciales que cada uno trae puestas, poco a poco va quedando un suave compartir desde la coherencia del corazón. Son tiempos en los que las oposiciones se disuelven, y con ellas también se trasciende la polaridad de aquellos seres humanos que en su día construyeron una pareja. La fascinación y la aversión estás ya muy lejos, se han retirado, y en su lugar se va perciviendo el sonido del alma, es como un canto que es la verdadera fuente de los sentimientos, día a día, semana a semana.

Y de pronto toda aquella persona, que se cruza con ellos percibe su inifensividad, y la ausencia de exigencias. Están en el amor maduro, que se ha forjado en el corazón de la pareja, y acepta tanto los momentos de irritación en convivencia, como otros en los que la vida sonríe y regala amores. Y es que la ansiedad juvenil de sus primeros egos capaces de forjar pactos y marcar reglas ha sido sustituida por una dolorosa compasión propia más bien de los niños sabios que van aflorando.

Ya la pareja madura ha hecho el camino de la vida y merecen el respeto que los que ha convertido los errores en experiencia. Y ahora, precisan cuidado, a la vez que afloran entre sus arrugas grandes travesuras de los que se permiten eso que un día atrás dejaron sin vivir en la cuneta. Nuestra sociedad desvaloriza a estos mayores porque ya no producen, olvidaddo que su aportación implícita está representando a los valores humanos y a un atemporal modelo de sabiduría.

Sucede que el tiempo pasa y la vida sigue girando como una noria. Y asimismio si realmente se quiere se puede vivir una fase de gran belleza en el mundo del amor y la pareja. Las personas que están en etapa sintonizan con la sencillez de lo esencial y en un cada día más lleno de verdad, sentido y magia. Es la etapa destinada al  gran corazón y la verdadera apertura de la conciencia. Realmente el camino de la maduración ya recorrido da su fruto en un nivel de presencia y sabiduría que permite ir saboreando el camino y cruzar las puertas que aún quedan.

Sucede que la ternura empieza a florecer, al tiempo que ofrece serenidad, saboreando los sentidos y recreando el alma. Es la etapa en la que el amor rebosa y convierte a la pareja en un puente radiante y silencioso hacia la humanidad.

Y tal vez este sea el ciclo del amor con mayúsculas. Erotismo consciente caricias largas y miradas que anticipan todo. Es un tiempo diamantino en el que en el que la unidad transpersonal brota en chispazos cada vez más frecuentes. La inteligencia del corazón rebosa humildad y la visión de un yo muy lúcido y sabio se expresa. La pareja son "dos seres" que se abrazan y se acompañan, es ya la expresión directa del amor, el amor que nadie nos da ni nos quita.

Cómo maduramos en pareja

Erotismo consciente caricias largas y miradas que anticipan todo
Ana de Calle
domingo, 25 de diciembre de 2016, 11:38 h (CET)
Habéis pensado que el amor sereno de la pareja madura ya no es el mismo sentimiento, es diferente del que se siente por un amigo.

Conforme una pareja madura, se va impregnando de la proximidad y de la profundidad con su esencia. Sucede que conforme la distancia se acorta la relación cotidiana deviene progresivamente conjuntada. Es bello: "se trata de una dimensión que, trascendiendo el pensamiento y la mente concreta, aparece poco a poco en cada vida igual que aparecen en la noche las estrellas"

Sucede en la pareja igual que en todos los órdenes de la vida, el tiempo pasa y los sentimientos se relajan, se aquietan. Entonces las emociones se equilibran y el amor se vive en la grandeza de una amistad fraterna. Una amistad que no pide, incluso ofrece, que no juzga, sino que comprende y abraza. Realmente el sentimiento sereno de la amistad que les brota del amor maduro no dista mucho del que se siente al abrazar a un amigo de la infancia.

Una vez que se apacigua la pasión y la urgencia de los primeros tiempos, y una vez aceptadas las sombras iniciales que cada uno trae puestas, poco a poco va quedando un suave compartir desde la coherencia del corazón. Son tiempos en los que las oposiciones se disuelven, y con ellas también se trasciende la polaridad de aquellos seres humanos que en su día construyeron una pareja. La fascinación y la aversión estás ya muy lejos, se han retirado, y en su lugar se va perciviendo el sonido del alma, es como un canto que es la verdadera fuente de los sentimientos, día a día, semana a semana.

Y de pronto toda aquella persona, que se cruza con ellos percibe su inifensividad, y la ausencia de exigencias. Están en el amor maduro, que se ha forjado en el corazón de la pareja, y acepta tanto los momentos de irritación en convivencia, como otros en los que la vida sonríe y regala amores. Y es que la ansiedad juvenil de sus primeros egos capaces de forjar pactos y marcar reglas ha sido sustituida por una dolorosa compasión propia más bien de los niños sabios que van aflorando.

Ya la pareja madura ha hecho el camino de la vida y merecen el respeto que los que ha convertido los errores en experiencia. Y ahora, precisan cuidado, a la vez que afloran entre sus arrugas grandes travesuras de los que se permiten eso que un día atrás dejaron sin vivir en la cuneta. Nuestra sociedad desvaloriza a estos mayores porque ya no producen, olvidaddo que su aportación implícita está representando a los valores humanos y a un atemporal modelo de sabiduría.

Sucede que el tiempo pasa y la vida sigue girando como una noria. Y asimismio si realmente se quiere se puede vivir una fase de gran belleza en el mundo del amor y la pareja. Las personas que están en etapa sintonizan con la sencillez de lo esencial y en un cada día más lleno de verdad, sentido y magia. Es la etapa destinada al  gran corazón y la verdadera apertura de la conciencia. Realmente el camino de la maduración ya recorrido da su fruto en un nivel de presencia y sabiduría que permite ir saboreando el camino y cruzar las puertas que aún quedan.

Sucede que la ternura empieza a florecer, al tiempo que ofrece serenidad, saboreando los sentidos y recreando el alma. Es la etapa en la que el amor rebosa y convierte a la pareja en un puente radiante y silencioso hacia la humanidad.

Y tal vez este sea el ciclo del amor con mayúsculas. Erotismo consciente caricias largas y miradas que anticipan todo. Es un tiempo diamantino en el que en el que la unidad transpersonal brota en chispazos cada vez más frecuentes. La inteligencia del corazón rebosa humildad y la visión de un yo muy lúcido y sabio se expresa. La pareja son "dos seres" que se abrazan y se acompañan, es ya la expresión directa del amor, el amor que nadie nos da ni nos quita.

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