Uno de los síntomas, para mi muy preocupante, de la situación política española es la pérdida de la relevancia internacional y de influencia en Europa. No se ha participado en la Cumbre Europea telemática con Donald Trump y con el presidente ucraniano Zelenski para preparar el encuentro de Trump con Putin, tampoco en el encuentro posterior con Trump y Zelenski, me parece que es solo un dato más de la debilidad de un gobierno que no ha sabido reivindicar el puesto que le corresponde en el concurso de los países europeos. Tengo la impresión de que España se ha convertido en un país no confiable, incluso para sus socios naturales dentro de los equilibrios del poder global. En estas circunstancias parece claro que recuperar la credibilidad exterior de España se ha convertido en una asignatura pendiente.
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