Creo que cualquier padre que su hijo se fuera de vacaciones a una isla donde hay tribus caníbales, le prevendría antes de marchar. Por eso te prevengo, hijo, si a un pederasta identificado le preguntáramos si él se conmueve ante la inocencia de los niños ¿Se le podría dar crédito a su respuesta? Si a un asesino en serie conocido le preguntásemos si siente respeto por las vidas ajenas ¿Se le podría creer su réplica? Si a un país que exterminó, depuró, esclavizó a una etnia, a una colonia, a un pueblo... ¿Se le podría tener en cuenta su criterio? Hijo, no se puede confiar en la palabra de un transgresor declarado ya que las violaciones de las leyes legales, éticas, morales dañan la confianza y puede tener consecuencias graves. Si esta máxima funciona con respecto a una persona, ¿tú crees, hijo, que debe funcionar con respecto a un Estado? No se puede confiar en la palabra de un asesino, ya que su único objetivo es salvarse a sí mismo. Si esto es así con respecto a una persona, ¿Se le debe aplicar la misma medida cuando se trata de un país? Sentar un precedente legal implica que una decisión judicial establece una nueva regla o interpretación de la ley que sirva de guía para casos futuros con circunstancias similares. Si esta norma se aplica a los casos individuales, ¿Debería emplearse la misma norma a un gobierno? En la práctica, hijo, vemos que la ley no actúa con la misma contundencia, premura y equidad cuando el trasgresor es un país poderoso que cuando se trata de un ciudadano desvalido. Te prevengo, hijo, a pesar de todas las dificultades que encuentres en tu camino, ten la valentía de confiar solo en tu propio criterio y no permitas que los caníbales te reduzcan la cabeza...
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