El Perú se ha convertido en el único país del mundo que tiene a cuatro expresidentes constitucionales encarcelados. Todos ellos se encuentran en el mismo penal. Si ahora hay una impopular presidenta en el palacio de Pizarro, cuatro de los siete exmandatarios vivos que han pasado por allí tienen una prisión especial para ellos. Esta es la de Barbadillo, la cual inicialmente solo servía como una de lujo para el exdictador Alberto Fujimori, quien gobernó en 1990-2000.
Sin embargo, la mandataria Dina Boluarte le amnistió y luego él murió en su casa. Hoy en Barbadillo se hallan Alejandro Toledo (2001-2006), Ollanta Humala (2011-16), Martín Vizcarra (2018-20) y Pedro Castillo (2021-22). Los tres primeros tienen cargos de corrupción, pero no Castilo, quien fue apresado cuando aún era presidente y antes de que el Congreso le depusiera sin debido proceso, defensa alguna y mínimo de votos necesarios para ello.
Mientras estos acontece, sigue libre Keiko Fujimori, la ex-primera dama de su padre Alberto, quien ya ha pasado por las rejas por corrupción. El congreso es regido por mafias encabezadas por un presunto violador. El único parlamentario que ha sido reelecto en una de las vicepresidencias es Waldemar Cerrón, hermano de un prófugo que desde antes que empezara la guerra de Gaza anda intocable, haciendo llegar diariamente su voz en las redes sociales y teniendo a su retrato en las oficinas del "primer poder del estado".
Para el fuji-cerronismo existe un supuesto clan "caviar" que les hace la guerra y es el enemigo principal. No obstante, todos estos cuatro expresidentes son tildados como "caviares" o "caviarizados".Y justo cuando encarcelan a Vizcarra el Perú desacata una orden de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para dar amnistía a militares, policías y paramilitares que cometieron barbaridades y matanzas.
Vizcarra fue un continuador del modelo neoliberal y de la carta magna fujimorista, además de haber impulsado el "grupo de Lima" para intervenir en Venezuela. Sin embargo, por haberse atrevido a enfrentarse al fujimorismo y cerrar legalmente el congreso que este controlaba, no se le permitió posesionarse como parlamentario en 2021, pese a haber sido el más votado.
Si Castillo o Vizcarra estuviesen libres bien podrían ganar las presidenciales del 2026, las cuales vienen siendo manipuladas desde ahora para dar paso a un régimen continuista.
La amplia mayoría nacional a quien quisiera ver bajo barrotes a la asesina de decenas de manifestantes. Empero, ella y las mafias congresales siguen libres y buscan protegerse purgando al sistema judicial y al jurado electoral.
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