Siguiendo algunas de las informaciones de estos días he podido conocer que treinta mil jóvenes españoles han participado en el Jubileo romano de los jóvenes. Treinta mil jóvenes que con un peculiar sabor a ese camino de encuentro con la juventud que puso en marcha el recordado san Juan Pablo II con las Jornadas Mundiales, han participado en este jubileo que es también expresión de una mutación silenciosa que se está produciendo en la Iglesia y en el mundo: la emergencia de una generación que vive la experiencia cristiana sin complejos y que se expresa con los lenguajes y los medios de esta época interconectada. Una generación anclada en la esperanza que no defrauda.
Gracias, jóvenes, por vuestra participación en el jubileo, por vuestra congruencia y por vuestro ejemplo en unos momentos en los que algunos, menos jóvenes, sufrimos viendo la falta de sentido sobrenatural y la degradación que se está produciendo en nuestra occidental sociedad.
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