Hay arte en los edificios, en la sonrisa de un niño, la publicación de una revista, las fotos, los recuerdos de tu mente, los sueños, los amuletos, el trabajo, la cocina, la limpieza y las dietas.
El arte que más amamos, es la pintura. El dibujo figurativo o no, inquietante, con toques de maestría renacentista, modernista o impresionista. Arte profundo dado en cada pincelada, en cada color seleccionado, en cada trazo, título dado a la obra y destino que se le dará.
Pintar engrandece el espíritu, nutre tus pensamientos, te saca de lamentos inciertos, aclara tus dudas, te promociona en un nuevo mundo, te hace ser feliz y sentirte realizada.
Pintar es dar felicidad. Es crear un mundo mejor, representarlo a tus anchas, desde tu punto de vista y tu perspectiva, tu virtud y osadía, tus noches y tus días.
Arte es ver dormir a mi Lourdok, que nueve años vivió en la calle, y ahora es un gatito de casa, que es feliz, duerme feliz. Respira feliz y me hace muy feliz.
Pulpa, puede que entradita en carnes, pero no demasiado. Carne producto de las verduras, cereales, féculas y frutas. Pero no de otras carnes, porque se respeta y quiere cambiar el mundo de los animales.
Pulpa que respira y con la que se seduce, se luce el traje, se muestran y ocultan partes del cuerpo, según el peso y ganas que tengas. Pero pulpa para el arte.
Eso sientes tú, puede que yo, sí, yo también.
Pulpa que se mueve lentamente y busca crear formas escultóricas, pintar, escribir o cantar. Profesión o entretenimiento que vives con talento, que vende o no, que mueve tu cabecita y te convierte en un creador, que sobrevive sin esfuerzo, si le gusta lo artístico, la difusión, la popularidad y los saludos por las calles.
Arte que todos desean mirar y admirar, con el que dejas al mundo con la boca abierta, con el que sonrojas y enamoras.
El Show del Arte comienza en cada esquina, cada palabra pronunciada, en cada sonrisa y también en las lágrimas.
Obsérvalo a cada paso, practícalo despacio y bríndalo tú también, desde tu persona.
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