Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Valencia | alcaldesa | PP | VOX | VALENCIANO | Catalán

Alcaldesa, no nos toque los acentos

Señora Catalá, vigile porque, tal vez, a usted se la merienden los fascistas que ahora la apoyan si continúa haciendo seguidismo de la política que ellos le marquen
Rafa Esteve-Casanova
viernes, 25 de julio de 2025, 10:11 h (CET)

La capital del País Valencià vuelve a estar en manos de la ignorancia y la incultura desde que su alcaldesa, María José Català, está siendo un simple títere, como lo es también el presidente de la Generalitat, en manos de la extrema derecha. Vox hace pagar caro sus votos para que sigan gobernando, una la ciudad y el otro tenga ya en su haber una futura “paguita” durante dos años de 94.000 euros anuales cuando Feijóo decida deshacerse de él. El precio que Català y Mazón están pagando les aboca a que tanto València como el País Valencià se hayan convertido en dos objetos de cambio en el mercadeo entre la derecha extrema, el Partido Popular, y la extrema derecha, Vox.


Unos y otros, puros añorantes del franquismo, cómo su añorado Franco se sirven de los espectáculos taurinos para tener entretenidos a los ciudadanos valencianos y que no piensen en las penurias a las que les lleva un gobierno obligado a recortar prestaciones y derechos sociales por haber favorecido a los más pudientes con rebajas y exenciones de impuestos. Cambian las leyes para poder controlar y manipular la televisión pública, dejan fuera del apartado de subvenciones a los medios de comunicación a aquellos que no les parecen lo suficientemente colaboradores y, sobre todo, aduladores. Y lo peor de todo es que PP y Vox, al unísono, se han convertido, hablando siempre en castellano, en los adalides del “valencianismo bien entendido”, un valencianismo que quiere devolver la lengua valenciana a aquellos tiempos en que era considerada una manera de hablar de las gentes de “pueblo”. Y para ello utilizan su potestad legislativa, su poder económico, y si es necesario resucitar la “batalla de València” lo harán siempre que les sirva para mantenerse en el poder. Es lo único que les interesa.


Desde que hace dos años, en las últimas elecciones municipales y autonómicas, PP y Vox se unieron para copar el poder tanto en la Generalitat como en las tres capitales valencianas y algunas otras ciudades se vio claro que el partido fascista con su ideología supremacista y nacionalista española cada vez que el PP necesitara sus votos iba a pedir como contrapartida la eliminación de la lengua y la cultura valenciana de todos los ámbitos posibles. Comenzaron eliminando suscripciones a publicaciones infantiles sólo por estar escritas en valenciano, expurgaron bibliotecas públicas de publicaciones editadas en la lengua del País, pasaron, poco a poco, a ir castellanizando la televisión pública y, en lugar de programas culturales, a emitir corridas de toros y “bous al carrer”, donaron 300.000 euros a la Fundación Toro de Lidia, afincada en Madrid y formada por la aristocracia de los ganaderos y matadores de toros al tiempo que presumían de recortar de manera exagerada la aportación de la Generalitat al presupuesto de la Academia Valenciana de la Lengua, porque, como el representante de Vox en Las Corts ha dicho, su interés y deseo es “estrangular la Academia hasta su desaparición”.


El motor, tanto del PP como de Vox, para llevar a cabo estas aberraciones llenas de odio hacia todo lo que recuerde que el País Valencià tiene una lengua diferente de la española, es, una vez más, el “peligro catalán”. Ellos, los que siempre hablan en castellano, nos acusan a nosotros, los que utilizamos el valenciano de hablar catalán. Y, sí, es cierto, cuando hablamos en valenciano lo hacemos en catalán, de acuerdo con el criterio científico de las Universidades más prestigiosas y también de la Real Academia Española cuyo diccionario define el valenciano como “variedad del catalán que se habla en gran parte del antiguo reino de Valencia y se siente allí comúnmente como lengua propia”. 


En el País Valencià las derechas, desde siempre, cuando pierden las elecciones sacan a relucir la bandera del “perill català” para muñir votos, generalmente, de gentes desinformadas, ágrafas e iletradas, a las que ahora se unen los fieles descerebrados seguidores de Abascal y sus mesnadas. Pero detrás de todo este movimiento más populachero que popular siempre están los mismos, los detentadores del poder y el dinero, alguien a quienes nadie ha votado pero son los que, en la sombra, mueven los hilos para quedarse con su parte del pastel y, también con la nuestra. Bancos, eléctricas, en las listas del Ibex 35 y de la gran patronal aparecen sus nombres. Están acostumbrados a pisar las mullidas alfombras de los ministerios y a conseguir lo que quieren, incluso leyes a medida como en el caso Montoro. Los acentos, los libros prohibidos, el nombre de la lengua, un trozo de azul en la ‘senyera’ o una especie de zarzuela como himno son los elementos que estos poderosos, desde la sombra, utilizan para seguir haciendo caja.


Ahora la excusa ha sido una tilde, el Ayuntamiento de València, ha aprobado cambiar el acento abierto en el nombre de la ciudad por un acento cerrado excusándose en que la pronunciación de la mayoría de los valencianoparlantes es con el acento cerrado. Es una burda excusa vacía de contenido, la única cosa que PP y Vox quieren es que el valenciano desaparezca de las calles y las instituciones, este cambio de acento es una concesión, una más, de la señora alcaldesa a sus socios de Vox, que, desde el primer día en que entraron en el Ayuntamiento demostraron su odio al valenciano tapando con una pegatina de la bandera española el acento en un rótulo con la palabra València. Era un aviso para la ciudadanía y, especialmente, para la señora Catalá del futuro que nos esperaba a los valencianos con una alcaldesa títere en manos de la extrema derecha, con la que, por lo visto en dos años, María José Catalá se encuentra como pez en el agua.


Rita Barberá se comió, hasta hacerlos desaparecer, a sus socios de aquella Unión Valenciana, dirigidos por un carpetovetónico González Lizondo. Señora Catalá, vigile porque, tal vez, a usted se la merienden los fascistas que ahora la apoyan si continúa haciendo seguidismo de la política que ellos le marquen. Se empieza por un acento, se continúa haciendo desaparecer el valenciano de las instituciones sustituyéndolo por el castellano y se termina cualquier ‘9 d’Octubre’ paseando la ‘senyera’ por las calles de València vestida con una camisa azul mahón y una americana blanca con el yugo y las flechas como hacían hace poco más de cincuenta años los alcaldes que la precedieron, para finalizar gritando “cara al Sol con la camisa nueva” en lugar del habitual “per ofrenar noves glòries a Espanya”. Señora Catalá, vigile su silla y no nos toque los acentos. 

Noticias relacionadas

Hoy estaba meditando, y mientras escuchaba una música suave y melódica, sentí que el mundo era bonito, entonces, en medio de mi meditación saltó en Spotify un anuncio de una cerveza que interrumpió mi momento zen de alta vibración con el universo y esos segundos me hicieron recordar un poema de mi último poemario que hablaba de juguetes rotos.

Las redes sociales se han convertido en una de las herramientas más imprescindibles de la sociedad, las usamos para todo: comprar, viajar, trasladarnos, distraernos y como no, para dar opinión. A veces, el hecho de opinar libremente es una cuestión que jurídicamente puede tener un alto coste.

Figura icónica de la izquierda española y paladín de los republicanos, saludó con entusiasmo, al igual que su hermano Manuel y otros intelectuales, el advenimiento de la Segunda República. Su hermano advirtió muy pronto lo que esta forma de gobierno traía a los españoles y se separó rápidamente de ella.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto