El chiismo duodecimano se concentra en Irak e Irán, por lo que en estos países los ayatolás son más importantes. La jerarquía de los ulemas o clérigos chiíes se organiza en torno su conocimiento del islam. El rango más bajo son los hoyatoleslam y el rango más alto lo ostentan los marayi o “gran ayatolá”. La mayoría de los marayi son iraquíes o iraníes. El poder político de los ayatolás es más evidente en Irán, ya que controlan el sistema político de la República Islámica desde la Revolución de 1979, liderada por el gran ayatolá Ruhollah Jomeini. Están presentes en toda la cúpula de poder iraní y su visión religiosa marca el rumbo político del país. El actual líder supremo, Alí Jamenei, es uno de los marayi más poderosos. Por otro lado, salvo excepciones como Mahmud Ahmadineyad, casi todos los presidentes iraníes desde la Revolución han sido ayatolás. Aunque los ayatolás en Irak no tienen tanta penetración en las instituciones como en Irán, también son muy influyentes. Más aún teniendo en cuenta que el país alberga dos de los lugares sagrados del chiismo: las tumbas de Alí y su hijo Huseín en Nayaf, y la ciudad de Kerbala, focos de peregrinación. Es el caso del ayatolá Alí al Sistani, de origen iraní pero asentado en Irak durante toda su vida. Sistani es uno de los clérigos más seguidos a nivel global, con una red de oficinas, seminarios y centros culturales repartidos por Oriente Próximo.
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