En términos de psicología, la «zona de confort» designa un estado mental en el que el individuo permanece pasivo ante el suceder diario. El término zona de confort, tan de moda hoy día, se refiere a cada uno de los lugares o situaciones donde una persona se siente segura, cómoda, donde no existe riesgo alguno para ella. La primera “zona de confort” es pues el vientre materno, del que dicen de algunos que no quisieron salir o que salieron a la fuerza y de otros que les gustaría volver a él. Ese sería el lugar en el que la persona, como los animales, se encontraría más a gusto, sin correr ningún peligro y totalmente protegida. Pero he aquí que nacemos y somos “arrojados” a este mundo y hay que vivir.
El siguiente lugar seguro, la segunda zona de confort, sería el hogar, la familia. La psicología dice que la «zona de confort» también implica un desarrollo de vida rutinaria, sin sobresaltos y sin incentivo alguno, o sea, una vida tranquila y sosegada, sin “ansias” de variar su estado. ¿Quiere esto decir que se es conformista? ¿Es más feliz aquel que arriesga o apuesta por algo y emprende un proyecto, o quien “ve la vida pasar”, sin más y “se acomoda” y se adapta al tiempo y al lugar sin verse forzado a variarlo? Me quedo con lo primero... ¿Y ustedes?
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