Pregunto y le pregunto existe un noventa por cientos de autores que no editan en editoriales privadas o institucionales, pero tienen libros en el vientre de su ordenador y despacho.
Pregunto, y les pregunto, igual que existen Ferias de Libros: libros de antiguo, libros con tal temática o tal otra, ferias del libro en general..., me digo a mí mismo, no podría haber ferias de libros, de libros que disponen de registro de propiedad intelectual, pero que los autores y autoras no los han publicado en editoriales privadas o institucionales, incluso, tampoco en editoriales de autoedición… sino que pueden tener diez o treinta copias o cincuenta en serigrafía con un encuadernado simple y modesto o gusanillo o pegado o en DVD.
Acaso un libro con portadas y letras de oro, con adornos de diamantes y platino, su contenido es mejor en sí, el contenido conceptual, es o dispone de un valor sumamente mejor que un libro hecho por una edición o editorial de un millón de copias. Y, en segundo lugar, un libro de un millón de copias, el contenido en sí, es mejor que un libro publicado en treinta copias en serigrafía o en DVD, o, incluso ya hecho público, que eso significa publicado, editado en Internet para que todas las personas lo puedan ver…
Según se indica, el noventa por ciento de autores y autoras, publican uno o varios libros en toda su vida –treinta o cuarenta años de actividad-, alguno por autoediciones, algún otro por una editorial institucional, quizás, algún otro por una editorial independiente o pequeña, pero después tienen diez o quince o treinta manuscritos o libros, que no ha sido capaz de publicar. A lo sumo ahora con Internet, han hecho público en algún blog personal o en algunas redes, parte de esa producción que está en su estudio, despacho, mesa de madera o en el vientre de la ballena de su ordenador…
Ya, ya sé que usted me dirá que la producción del noventa por ciento de todos esos autores es de segunda categoría, dice eso suavemente, porque usted piensa que son de tercera o quinta categoría. Y, posiblemente lleve usted razón. Pero también le digo a usted, entre miles de autores, la inamena mayoría, el noventa por ciento de todos los existentes, no pueden existir obras de valor, no pueden existir Pessoas o Kafkas o Dickinson olvidados –aunque solo sea uno cada mil, o uno cada diez mil…-.
Pero aunque fuesen obras de tercera o quinta categoría, no tienen derecho que permanezcan en el tiempo, para siglos posteriores, para quizás, en el futuro se perciban de otra manera su calidad y sus contenidos. Al final, no es solo una riqueza cultural que se pierde, aunque sea de quinto nivel… Acaso no existen equipos de futbol locales de tercera o cuarta o quinta… y, tienen un pequeño papel en sus localidades…
Por tanto: Primero, no pondrían en las Ferias del Libro algunas casetas para libros autoeditados o copiados o fotocopiados, con registro de propiedad intelectual. A un precio casi de saldo, para autores y autoras desconocidos. No podría estudiarse a dar salida, alguna presencia, a esa producción del más de ochenta por ciento de esos autores y autoras.
Segundo, no se podrían hacer Ferias específicas para esos autores y autoras… que sus libros tienen registro de propiedad intelectual, pero no están publicados en editoriales, quizás algo en revistas, en fanzines, en Internet, en blog…
Tercero, no se podría hacer un “circuito semejante al Mail Art”, pero de libros, y, los autores los enviasen de unos a otros, en Ferias de “Mail Literature”, Arte Correo Literario, y, los autores que quisieran enviarían copias de sus libros, a esas Ferias o Congresos o Exposiciones. Lo mismo que el Mail Art o Arte Correo o Arte Postal, en este caso de libros de literatura. Se pondrían unas normas, por ejemplo, un máximo de tamaño, se podría enviar por correo en sobres, habría exposiciones, después se quedarían con ellos los organizadores, o, podrían recogerlo las personas que quisieran…
Cuarto, en las bibliotecas públicas y privadas, existir a la entrada una especie de mesa o semejante, en el cual, los autores o autoras de libros no publicados, podrían hacer copias de ellos, con registro de propiedad intelectual, y, con un encuadernado simple, podrían situarlos, y, los lectores de las bibliotecas se los podrían llevar a su casa de forma gratuita. Así, en todos las ciudades y pueblos, al menos existen una biblioteca. Así, los autores de esa zona o comarca o pueblo o barrio –no hablamos tanto del pueblo y del valor del pueblo-, podrían situar y poner sus libros, editados en serigrafía o en DVD, y, el lector que quisiese podría llevárselos como regalo a su casa. No tendría coste para nadie, ni para la biblioteca, solo el autor, haría dos o tres copias. E, iría llevando los que quisiesen, quizás, pasar por la dirección de la biblioteca, por si alguno sitúa algún contenido que no es moral o no es legal o…
Quinto,……………………. (Añada usted posibilidades de materialización de este concepto o idea).
Pueden existir otras soluciones, pero creo sinceramente, que la industria cultural pública y privada. Las administraciones públicas, dedicadas a la educación y a la cultura, las entidades privadas dedicadas a estos temas, deben pensar, que no hay derecho, no es justo, no es equitativo, que una persona, que miles de personas, se dedican diez o treinta o cincuenta años a la actividad de búsqueda y de creación cultural, literaria por ejemplo, y, su producción, sea buena o mala o mediana, la mayoría queda en sus estanterías, manuscritos que se perderán.
Creo que hay que buscar soluciones, para que al menos, de forma gratuita o con un precio mínimo, puedan esas personas enseñar y mostrar algo de lo que han producido… Cuántos libros se perderán cada año en el mundo, que nunca acaban de nacer… Cuántos… Aunque sean de quinto nivel –lo mismo aplicado a las artes plásticas, musicales, etc.-. Aviso a caminantes, caminantes que no escucharán este mensaje…
|