No poder ver bien de lejos es un problema que afecta cada día del año a quienes padecen miopía. Sin embargo, hay una época en la que puede ser aún más incómodo: el verano. El 72% de las personas con este defecto visual experimenta dificultades al acudir a la playa o la piscina, según los resultados del Estudio de la Visión en España 2025 realizado por Clínica Baviera. Bañarse con gafas, con lentillas o sin ellas puede convertirse en un auténtico reto: visión borrosa, molestias por el cloro o la arena y limitaciones para disfrutar de actividades acuáticas son algunas de las principales barreras.
Con motivo del Día Nacional de la Miopía, que se celebra el próximo 10 de junio, la compañía oftalmológica recuerda la importancia de concienciar sobre este defecto visual que afecta al 38% de la población mayor de edad, porcentaje que aumenta hasta el 47% entre las personas de 18 a 34 años, según el informe mencionado.

Consulta oftalmológica - Clínica Baviera
Cada día, miles de personas con miopía acuden a la playa o a la piscina con gafas o lentillas, especialmente gente joven, que es el rango de edad más afectado por este problema visual. “El verano puede ser especialmente molesto para quienes tienen miopía: si olvidas las gafas, no ves bien; pero tampoco hay que bañarse con lentillas y, si lo haces, debes evitar mojarte la cabeza para no irritar los ojos con cloro o sal”, explica el doctor Jorge Navalón, oftalmólogo y director médico de Clínica Baviera Valencia. El estudio también confirma que la miopía dificulta la visión lejana en la playa o la piscina (52%) y la realización de actividades acuáticas (30%), sobre todo en jóvenes de entre 18 y 24 años (40%).
Por otro lado, y aunque no es conveniente, más de la mitad de las personas con miopía que usan lentillas se bañan con ellas, aunque les supone un menor disfrute de la experiencia. “Es importante recordar que no se debe nadar con lentillas ya que el agua de playas, piscinas, ríos o pantanos puede arrastrar gérmenes o sustancias como el cloro que se adhieren a ellas y pueden causar infecciones oculares, irritaciones o reacciones alérgicas. Además, el contacto con el agua puede dañar la propia lente”, advierte el doctor Navalón. Una alternativa podría ser el uso de gafas de natación graduadas, diseñadas para ser usadas debajo del agua y facilitar la visión a personas con problemas visuales como la miopía. Sin embargo, su elección debe adaptarse al entorno en el que se vayan a utilizar, ya sea en piscina o en playa, ya que cada uno requiere características distintas.
Consejos sobre salud visual en verano
Con la proximidad del verano, se recuerda las dificultades que esta época del año puede generar en la salud visual. Por ello, recomiendan seguir los siguientes consejos para proteger la vista durante esta temporada, tanto para personas con miopía como para la población en general:
Proteger los ojos del sol con gafas homologadas: Se recomienda usar gafas de sol que tengan el marcado “CE” y el distintivo UV, que certifican su eficacia frente a la radiación ultravioleta. También es importante considerar el tipo de filtro solar y el color de los cristales más adecuado para cada caso. Lo mejor es adquirirlas en tiendas especializadas que garanticen estándares de calidad y nos ayuden a escoger las más indicadas para cada persona.
Mantener una correcta hidratación ocular: el uso de lágrimas artificiales ayudará a mantener hidratados los ojos y también a recuperar la superficie ocular expuesta a irritantes como el cloro. Evitar bañarse con lentillas: las lentes pueden actuar como reservorios de virus y bacterias y facilitar que se produzcan infecciones.
Emplear gafas de natación: en general es preferible no introducir la cabeza debajo del agua para evitar que determinadas sustancias entren en contacto con los ojos, pero, de hacerlo, es recomendable llevar gafas de buceo que, en el caso de los miopes, conviene que sean graduadas.
Revisar la graduación antes del verano: antes de las vacaciones conviene realizar una revisión visual para asegurar el buen estado de nuestra vista o, si se llevan gafas, confirmar que tengan la graduación adecuada, sobre todo si se van a realizar largos desplazamientos en coche.
Reducir la exposición directa al aire acondicionado: para evitar la sequedad ocular, sobre todo si se es usuario de lentillas, conviene evitar la exposición directa al aire acondicionado. En este sentido, ayudarán las lágrimas y el parpadeo frecuente en este tipo de ambientes.
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