Se ha cumplido un año y un mes desde que el presidente del Gobierno publicara aquella carta con la que intentó chantajear a la ciudadanía y a su propio partido. Con aquella misiva Pedro Sánchez intentó desacreditar, inútilmente, la información veraz publicada que comprometía a su esposa, Begoña Gómez. Doce meses después, Begoña Gómez está imputada por cuatro delitos y el entorno más íntimo del presidente está asediado por causas judiciales. Su antigua mano derecha y número dos, José Luis Ábalos, se encuentra inmerso en un proceso donde cada vez hay más indicios de culpabilidad. El hermano del presidente, David Sánchez, también se encuentra en una circunstancia jurídicamente delicada, y la imputación del fiscal general del Estado ha sumido al Ministerio Público en un descrédito sin precedentes. Solo faltaba a aparición de la fontanera del partido.
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