Hay dos temas de los cuales se habla mucho: La neurociencia y la inteligencia artificial.
Los avances en el primer campo provocarán cambio que nada nos asustan y mucho nos animan:
Las aportaciones de los neurocientíficos están provocando cambios en diferentes áreas: La salud, la educación, la publicidad e incluso en la política.
En el caso de la política, en base a lo que se sabe de las neuronas, se usan más metáforas para activar ciertos marcos mentales y se apela más a la emoción y menos a la razón.
Los avances en el segundo campo, se ven con más preocupación. Las aplicaciones y las máquinas inteligentes pueden aumentar el paro. Pues, para todo recurrimos a ellas.
Pueden provocar que la tendencia a almacenar información disminuya. Y una cosa es segura: En el futuro la interacción entre las personas disminuirá de forma notable.
Esa disminución la vemos todos: Antes cuando tenías una duda sobre salud, o sobre limpieza, le preguntabas, al abuelo, al vecino, o al amigo. Antes, cuando ibas por la calle, y querías, por ejemplo, comer algo, hacías lo normal: ¡Por favor! ¿Un restaurante por aquí? Y si a eso, se une que casi todo se hará telemáticamente. ¡Ostras!
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