Mario Vargas Llosa, fallecido en los primeros días del pasado mes de abril, formó parte de un grupo de escritores que dio un gran relieve internacional a la literatura hispanoamericana. En su caso, la entronca con la novela de los XIX y XX en Europa. Ya desde sus primeras creaciones utiliza un lenguaje que no es solo un instrumento para contar historias, sino también una forma de estar y dar sentido al mundo a través de unos personajes que reflejan dimensiones de la realidad hasta ese momento desconocidas.
Con los años construyó una gran obra en el que destacan sus novelas, pero también sus ensayos y sus obras de teatro. No todas tienen la misma hondura, pero en sus personajes más certeros, a través de historias muy dramáticas, vibra la búsqueda del sentido de la vida. Por todo ello alcanzó la cumbre de la Literatura, recibiendo premios como el Nobel, el Cervantes y el Príncipe de Asturias. Que Dios le tenga en su Gloria.
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