Hacienda ha activado antes de lo previsto el sistema Verifactu, el primer paso para que autónomos y empresas deban emitir electrónicamente sus registros de facturas a la Agencia Tributaria. Una medida largamente anunciada que, sin embargo, llega a un tejido empresarial todavía muy poco preparado. Según el informe de TeamSystem —que analiza el nivel de digitalización de autónomos, gestorías y micropymes en España— el 69% de los trabajadores por cuenta propia y el 45% de las micropymes siguen facturando a mano, con papel, boli o Excel.
Con tres meses de antelación sobre el calendario previsto, la Agencia Tributaria ha activado ya el sistema Verifactu, permitiendo a empresas y autónomos con una facturación inferior a 6 millones de euros remitir de forma automática sus facturas simplificadas (tickets) y sus facturas emitidas.
Aunque se trata de un acceso voluntario, el sistema está plenamente operativo y sus efectos serán reales para quienes decidan empezar a utilizarlo. La obligatoriedad llegará en 2026 —el 1 de enero para las empresas que declaran por Sociedades y el 1 de julio para los autónomos—, pero Hacienda ha puesto a disposición de empresas y proveedores de software el entorno de pruebas para que puedan comenzar a validar sus sistemas antes de la entrada en vigor oficial.
La precariedad digital de pymes y autónomos no es solo una barrera de gestión, sino que implica una pérdida directa de productividad y eficiencia. TeamSystem estima que esta forma de facturación manual genera pérdidas superiores a los 3.600 millones de euros al año por errores, duplicidades y tiempo improductivo.
La entrada en vigor del sistema Verifactu -un reglamento lanzado con la Ley Antifraude y por otra parte, también relacionado con la Ley Crea y Crece- marca un punto de no retorno. La digitalización de los procesos de facturación ya no es una recomendación, sino una obligación legal inminente. Y sin embargo, según el estudio, 9 de cada 10 negocios aún desconocen los detalles de la normativa que afectará a su operativa diaria.
El informe, elaborado por TeamSystem en colaboración con Materia Prima tras consultar a 1.200 autónomos, micropymes y gestorías, revela también que una gran parte de los negocios teme un aumento de la carga de trabajo, de los gastos y una posible pérdida de control sobre sus datos. Casi el 30% de los encuestados ve más inconvenientes que ventajas en la factura electrónica, y casi 4 de cada 10 esperarán a que sea obligatoria para adaptarse, lo que pone en riesgo el cumplimiento y multiplica el riesgo de sanciones.
En paralelo, el estudio analiza también la preparación de las asesorías, que gestionan la facturación de 3 de cada 10 negocios. Aunque dos de cada cinco asesores valoran positivamente la nueva ley por su potencial de agilidad, la mayoría aún no cuenta con herramientas adecuadas ni procesos estandarizados para acompañar a sus clientes en esta transformación.
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