Algunos dicen que la naturaleza es sabia y que muchos inventores se han inspirado en ella. Hablan de las aves y los aviones, del cerebro y los ordenadores.
Hablan de sabiduría. ¡Como si la naturaleza tuviera un plan! ¡Como si tuviera un principio rector, un dirigente supremo! Suponemos que la naturaleza no cuenta con ese principio rector. Solo cuenta con una fuerza impulsora: la tendencia a la supervivencia y a la reproducción.
Si la naturaleza tuviera un dirigente, este ya habría planificado la eliminación de los seres humanos, pues estos ya han desarrollado armas sin basarse ni inspirarse en ella: las armas de destrucción masiva —las nucleares, las químicas y las biológicas—. Resumiendo: por muchas razones, la naturaleza está en peligro. Incluso los avanzados sistemas de detección y comunicación que hemos desarrollado, para algunos, no son naturales.
Para acabar, he oído decir que el fallecido Papa no era un intelectual. Sin embargo, yo pienso que era más sabio que muchos de la extrema derecha. Sus críticas al antropocentrismo me parecen más acertadas que el negacionismo: el hombre no debería considerarse tanto el centro de la naturaleza. Hay otros seres vivos. Debería cuidar la casa común. El planeta es fuerte, pero podría no poder con todo y colapsar.
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