En poco tiempo, hemos padecido dos acontecimientos de impacto: la DANA de octubre de 2024, que ocasionó que el Consejo de Ministros del 5 de noviembre declarara zona afectada a la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Andalucía, Baleares y Aragón, y, hace unos días, el apagón que sufrimos en la totalidad de la península ibérica.
Hemos tenido el “honor” de sufrir el primer apagón total en un país europeo. Eso no había pasado jamás en los años que puedo recordar, más de setenta. ¿Estamos progresando o vamos para atrás? Muchos dicen que hay que comprar un kit de supervivencia. ¿Estamos dispuestos a que se repita? El presidente Sánchez salió en su momento para decir que no sabía la causa y que estaban abiertas todas las posibilidades, pero no admite ninguna responsabilidad y señala a los suministradores privados. La presidenta de Red Eléctrica también niega cualquier responsabilidad por parte de su empresa y desvincula el apagón de las renovables. Es una realidad que, cuando no había placas solares ni molinillos, nunca se produjo un apagón a nivel nacional. 48 horas después del apagón, en la SER, Beatriz Corredor declaró que han hecho lo que debían, que no conocía las causas exactas, rechazó cualquier relación del apagón con el exceso de renovables, que el sistema ha aprendido del fallo y que es improbable que vuelva a ocurrir. Ante esas afirmaciones, me quedé perplejo: una señora que fue ministra con Zapatero y que, al parecer, tiene un sueldo de más de medio millón de euros al año, más 16.000 euros de dietas por asistencias al consejo de administración, hace unos planteamientos y razonamientos que son un atentado a la lógica más elemental. Si no conoce la causa exacta, ¿cómo sabe que ha hecho lo que debía?, ¿cómo sabe que no hay relación con las renovables?, ¿cómo puede haber aprendido del fallo sin conocerlo? Y, finalmente, ¿cómo puede saber que es muy improbable que se repita? La verdad es que puede volver a ocurrir en cualquier momento, si seguimos haciendo lo mismo. Todo un sinsentido.
Cuando se tiene una mala experiencia, es fundamental aprender de los fallos, pero para eso se necesita una mente abierta que acepte todas las posibilidades. El problema con los políticos es que no están dispuestos a estudiar la realidad de forma objetiva y presionan a los profesionales para que les den las respuestas que quieren oír, con algún barniz científico, para vendérselo a los ciudadanos. Les interesa echar balones fuera, evadir su responsabilidad, culpar a otros y obtener réditos políticos.
En la DANA no se ha tratado en profundidad algo que, para mí, es una obviedad: las autonomías son un problema y sirven para no tomar decisiones y culparse mutuamente. Tampoco se ha valorado bien la diferencia que habría supuesto tener en marcha el Plan Hidrológico Nacional, que Zapatero echó para atrás. ¿Cómo habría sido el daño? ¿Habría sido menor? ¿Qué decir de todas estas leyes nuevas que se oponen a limpiar los cauces? ¿Por qué la previsión francesa de la DANA fue más correcta que la de la AEMET? Son muchos temas tabú que no se pueden cuestionar, algo que no es ni lógico ni científico. Sólo se trata de culpar a otro.
Ahora, con el fallo de la luz, estamos en las mismas. Sólo he escuchado que nadie en el Gobierno es responsable, que no se va a repetir (algo que no saben ni pueden garantizar), que las renovables son intocables y que las nucleares, fuera. Demasiados tabús para hacer una investigación seria y veraz.
No se trata de hacer reuniones de crisis con políticos que no son técnicos y sólo pueden opinar desde la ideología. Hay que coger a los mejores especialistas y aceptar el veredicto que dé la mejor explicación, aunque no nos guste.
La ciencia y los técnicos tienen que trabajar sin presiones políticas, buscando la verdad de lo que ha sucedido. Si no se hace así, volveremos a caer en los mismos errores y se repetirán los mismos desastres. Hoy he oído que ya van 12 muertos, más las molestias y miles de millones en pérdidas económicas.
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