Así terminaba Víctor Hugo su relato de escasas 100 páginas, “Napoleón el pequeño”…
“Felipe V”, Leonardo Julio Capuz, 1614-17 (Museo de Bellas Artes de Valencia, España)
describiendo el asalto a la nación francesa perpetrado por Carlos Luis Napoleón, repelente Presidente de la República elegido por la Asamblea, que terminó de Emperador masacrando transeúntes por las callejuelas de París en 1848.
Es el momento de adjudicar tan denigrante epíteto a demasiados españoles importantes distribuidos por el Gobierno, Judicatura, Policía, Partidos Políticos…
Antes de ese terrible ¡miserable! cita a toda una retaila de grandes enemigos que, como Blücher o Wellington, habían prohibido la matanza y saqueo a sus tropas al entrar en la segunda Ciudad Eterna... y por eso terminaba así: “...que Platov no había osado ordenar a sus cosacos, tú, tú se lo has hecho hacer a los soldados franceses, ¡miserable!
Por eso, hoy, listamos a algunos de los miserables de este pueblo, de esta nación, la más antigua de Europa, que han traicionado y que ni romanos, godos, árabes, franceses o ingleses se atrevieron a hacer: delatar a sus inferiores o prohibirles usar su lengua.
X-1, 2, 3, … : En primera instancia, Juez Garzón, a las puertas de un proceso judicial por el “chivatazo del Faisán” que implica alta traición y colaboración con banda armada. A cierta distancia el Juez Bermúdez despreciando a las víctimas del terrorismo.
Seguiría el policía que avisó directamente a ETA y su orden jerárquico dentro de la Policía hasta el Ministro del Interior Pérez Rubalcaba. Naturalmente falta Mr. X que ya sabemos todos a quién corresponde. Todos ellos han traicionado a los vivos y muertos que nos defienden cada día en el anonimato.
Otra X correspondería al Ministro de Educación, Ángel Gabilondo, para quien el castellano no es prioridad en su discusión para una unidad de programas educativos en este país.
Ecologistas del mundo: sigo... como voy a mandar a todos a la iea (ponga usted las consonantes) cabreado como estoy.
¿Qué puso? Quiebra, sierra, piedra, siesta, fiera, diestra... o eso que siempre pensamos primero.
De todas maneras pasará a la historia del esperpento de los Nobel que se otorgó al contaminador, mentiroso y vicepresidente que fue de USA, Al Gore, recibiendo el Premio Nobel de la Paz en vez de Irena Sandler, alemana fallecida en Mayo del 2008 que tantas vidas salvó durante la II Guerra Mundial... pero no eran vidas de pingüinos.