En los momentos políticos que estamos viviendo y que operan poderosas fuerzas disgregadoras que provocan una importante erosión institucional, la palabra del Rey Felipe VI adquiere un valor sustancial como garante de la arquitectura constitucional de nuestro sistema democrático. Hoy la Constitución, fruto del consenso, pretende ser reformada por la vía de los hechos a partir de una más que discutida teoría creativa del derecho. En este sentido, el discurso pronunciado por el Rey en la Conferencia de Embajadores a principios de año, ante 130 diplomáticos de nuestro país, no debe pasar inadvertido ni olvidarse.
Felipe VI recordó que la democracia no es sólo la conquista de una ocasión histórica, “sino el fruto de una exigente y delicada labor diaria”. Además, insistió en que la democracia implica “el acatamiento de sus normas y el respeto a sus valores y equilibrios como la tolerancia, el pluralismo, la separación de poderes, la transparencia y la rendición de cuentas”.
|