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Este domingo todo sigue igual; como si el gobierno en funciones no estuviera tomando, sin justificación alguna y sin control parlamentario, decisiones que afectan a nuestra cotidianidad, futuro y derechos. Eso sí; nos cuentan lo que ya sabemos: la financiación ilegal de los partidos del poder, la negociación entre ambos para la gobernabilidad y los conflictos del PSOE.
La firma del Tratado UE-Canadá por el gobierno español no era urgente. No hay posibilidad de seguir con el procedimiento hasta que se resuelva la negativa a la adhesión de Bélgica, más exactamente de una de sus regiones.
La decisión del gobierno de adelantarse a las manifestaciones ciudadanas convocadas para proclamar el rechazo a la firma no se explica sino por dejar claro que tiene el poder.
¿Cómo nos lo cuentan los “portadores de opinión? No mencionan mucho las protestas ciudadanas o plantean la oportunidad y legitimidad de la firma. Únicamente “El Diario Crítico.com” promete en su titular: “El gobierno en funciones autoriza la firma del polémico acuerdo con Canadá en plenas protestas”: http://www.diariocritico.com/nacional/gobierno-funciones-ceta-acuerdo-libre-comercio-canada El texto del artículo trata de las bonanzas del acuerdo.
Felizmente hay otras publicaciones que tratan del tema, entre ellas este medio; pero los hacedores de opinión están más interesados en mostrarnos lo que hay y lo que nos espera, como si de un imperativo categórico se tratara.
Así nos lo están contando, incluso medios que se proclaman de izquierdas. El poder tiene la opinión. No toda; tenemos que hacernos escuchar. La firma en el marco expuesto no es solamente una provocación y un atentado al Estado de Derecho. Es un adelanto de la que nos espera.
Utilizar al Rey como actor forzado en la escena final de su opereta y ni siquiera anunciar una moción de confianza prueban que este hombre buscaba - sin mucho éxito - provocar a los malos, al enemigo, a los periodistas y tertulianos que forman parte de ese imaginario contubernio fascista que le quiere desalojar del poder.
En bastantes ocasiones he escrito sobre este pobre hombre que preside, para desgracia de todos, el gobierno de España. Y otras tantas le he tachado de cateto (solo hay que ver cómo se contonea, para exhibir su supuesta guapura), también de plagiador (porque ha plagiado más de una vez) y de embustero (porque ha mentido en innumerables ocasiones).
El 30 de abril de 1935 el embajador mexicano en Río de Janeiro, el conocido escritor Alonso Reyes Ochoa, informaba al gobierno de Lázaro Cárdenas del súbito interés brasileño en la resolución del conflicto entre Paraguay y Bolivia. El gobierno brasileño, invitado en Washington para participar con Argentina y Chile en la conferencia de Buenos Aires para pacificar el Chaco, declinó al principio este ofrecimiento.
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