Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | El abecedario del alma | Debate | Moral | Valores | Sentimiento | Sociedad

​El bien de repasar la historia

Podemos encontrar datos que nos enorgullecen, que generan un sentimiento de comodidad para una gran parte de la sociedad
José Antonio Ávila López
sábado, 4 de enero de 2025, 13:34 h (CET)

Existen muchos datos registrados en la historia que se convierten en referencias apropiadas para la alimentación del orgullo nacional. La bizarría, honor, valentía y el pundonor de los pueblos encuentran sus fuentes precisamente en esos acontecimientos del pasado que se han venido transmitiendo por generaciones hasta hacer su repercusión en el momento que nos toca vivir. En la mayoría de los casos se cae en el error de no considerar que las malas costumbres de la actualidad son patrimonio exclusivo del momento que vivimos, y que son rechazadas o toleradas indistintamente, según la capacidad de aceptación que cada uno tenga. Temas de debate permanente, en el seno de la sociedad, son aquellos que se refieren a las manifestaciones individuales o colectivas de inmoralidad o amoralidad. Para todos es conocido que el delito acarrea sanciones establecidas en las leyes, pero no todas las conductas son susceptibles de la aplicación de una pena, porque muchas, aunque se aparten de lo generalmente aceptado, entran en el plano invulnerable de lo privado de cada persona: caso de las variadas orientaciones sexuales que, al parecer, se han puesto de moda y que, de conformidad con el concepto moderno del respeto a esa privacidad y el derecho individual, ahora tienen el amparo de las leyes... ¡Qué vergüenza! Si revisamos la historia, podemos encontrar datos que nos enorgullecen, que generan un sentimiento de comodidad para una gran parte de la sociedad.

Noticias relacionadas

Suecia ha sido históricamente un ejemplo de bienestar social con una red de protección estatal admirada globalmente. Esta solidez ha contribuido a niveles de vida envidiables, y a una confianza ciudadana notable en sus instituciones. Sin embargo, en los últimos años, esta misma estructura ha empezado a mostrar fisuras.

Vivimos un tiempo en el que la inteligencia artificial (IA) avanza a un ritmo vertiginoso. Cada nueva versión sorprende por su capacidad de procesar datos, imitar el lenguaje e incluso acercarse a formas de expresión que parecían, hasta hace poco, exclusivamente humanas. Sin embargo, la cuestión de fondo no es tanto preguntarnos hasta dónde llegará la IA, sino dónde quedamos nosotros como seres humanos.

La mente guarda algunos recuerdos como si fueran heridas sin cicatrizar. A veces vuelven, una y otra vez, con la fuerza de lo que creemos no haber resuelto: la culpa, el dolor, los reproches. Y sentimos que seguimos viviendo ese momento, y nos quedamos anclados en un pasado que ya no existe. Pero un recuerdo no es más que eso: un pensamiento que aparece en la mente. No es realidad, porque no está ocurriendo aquí y ahora.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto