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Criticar o motivar, esa es la cuestión

¿Criticas o motivas?

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Cuando dirigimos un equipo podemos hacerlo desde dos miradas muy distintas, una de ellas tiene que ver con la crítica y desvalorización, la otra desde la aprobación y motivación. Cómo puedes imaginar, con cada una obtendremos un resultado muy distinto. Hoy te pregunto ¿criticas o motivas?…

Tengo la suerte de acompañar a muchos líderes de equipos en todos los terrenos, desde personas que dirigen empresas o equipos comerciales, hasta encargados de líneas de producción que consiguen que un equipo de personas fabriquen determinados productos, incluso también acompaño a líderes políticos en ocasiones. Todos ellos tienen la misión de motivar e inspirar a sus equipos.

Sin la motivación e implicación del equipo, el líder no conseguirá nada.

Sin motivación no hay nada, de hay que en los programas de desarrollo organizacional que llevamos a cabo en las empresas, trabajemos también aspectos que mejorarán el compromiso de las personas y el clima que se respira. Porque sin motivación, podemos dejar de hablar de cualquier otra variable que tenga que ver con el negocio (innovación, competitividad, etc…).

Un líder puede hacer a su equipo más pequeño cada día, y por lo tanto, conseguir peores resultados… Esto le ocurre a aquellos líderes que se centran demasiado en la crítica, que no ven todo aquello positivo que ocurre a su alrededor, sino que únicamente se acuerdan de ti cuando has cometido un error.

Desde un punto de vista psicológico, esto lo que produce en las personas es más de lo mismo. “Si sólo te acuerdas de mi cuando me equivoco, entonces inconscientemente me seguiré equivocando más”. Y digo inconscientemente porque las personas no lo hacen queriendo, pero lo hacen. Es decir, que si ponemos la atención en los errores, vamos a tener, como mucho, ¡más errores!

Puedo imaginar que algunos/as os estáis echando las manos a la cabeza. Pero es así. Lo siento. Si te centras en los errores, tendrás más. Aquí tienes un video en el que hablo de esto:

Las personas no somos muy complicadas (que no las entendamos no quiere decir que lo sean), sino que funcionamos por supuestos básicos, al igual que los niños. Y si sólo te acuerdas de tus hijos cuando tienes que corregir un comportamiento suyo, lo único que vas a conseguir es niños que se equivocan más. Porque lo que más desmotiva es no ser visto, ser ignorado.

En el liderazgo ocurre exactamente lo mismo. Hay líderes que sólo ponen la mirada en el fallo, el error, lo que no funciona. Entonces acaban encontrando más…

Otros sin embargo, tienen una mirada más valorativa. Se centran en lo que funciona también, en lo que sale como es debido, en los puntos fuertes. Y claro, entonces la motivación es muy distinta. Y acaban potenciando los puntos fuertes, y provocando que el equipo cometa menos fallos.

Todo esto me lo enseñó hace tiempo un buen amigo, con una lección incalculable. Andábamos una noche por la calle y él había cometido un error con unas inversiones que íbamos comentando. Cuando me lo contó yo critiqué su decisión. Y él me dijo con voz clara “Tío, o me motivas o te callas”. Cuánta razón tenía. Los dos nos partimos de risa después, pero es que tenía más razón que un santo.

O me motivas o te callas.

Me parece un buen mantra para que algunos se lo apliquen, sino vas a motivar a tu equipo, te callas. Porque sino te vas a convertir en ese jefe que busca el fallo a cada momento y que sólo consigue que su equipo:

Se sienta más desvalorizado.
Se desmotive más.
Cometa más errores.


Pero no por ello hay que ser laxo, hay mil formas de corregir comportamientos no deseados en un equipo. Eso sí, ten cuidado, en demasiadas ocasiones te conviertes en alguien demasiado crítico, entrando en un bucle que no te conviene a ti ni a tu empresa.

Que tengas un gran día.

¿Criticas o motivas?

Criticar o motivar, esa es la cuestión
César Piqueras
sábado, 24 de septiembre de 2016, 10:57 h (CET)
Cuando dirigimos un equipo podemos hacerlo desde dos miradas muy distintas, una de ellas tiene que ver con la crítica y desvalorización, la otra desde la aprobación y motivación. Cómo puedes imaginar, con cada una obtendremos un resultado muy distinto. Hoy te pregunto ¿criticas o motivas?…

Tengo la suerte de acompañar a muchos líderes de equipos en todos los terrenos, desde personas que dirigen empresas o equipos comerciales, hasta encargados de líneas de producción que consiguen que un equipo de personas fabriquen determinados productos, incluso también acompaño a líderes políticos en ocasiones. Todos ellos tienen la misión de motivar e inspirar a sus equipos.

Sin la motivación e implicación del equipo, el líder no conseguirá nada.

Sin motivación no hay nada, de hay que en los programas de desarrollo organizacional que llevamos a cabo en las empresas, trabajemos también aspectos que mejorarán el compromiso de las personas y el clima que se respira. Porque sin motivación, podemos dejar de hablar de cualquier otra variable que tenga que ver con el negocio (innovación, competitividad, etc…).

Un líder puede hacer a su equipo más pequeño cada día, y por lo tanto, conseguir peores resultados… Esto le ocurre a aquellos líderes que se centran demasiado en la crítica, que no ven todo aquello positivo que ocurre a su alrededor, sino que únicamente se acuerdan de ti cuando has cometido un error.

Desde un punto de vista psicológico, esto lo que produce en las personas es más de lo mismo. “Si sólo te acuerdas de mi cuando me equivoco, entonces inconscientemente me seguiré equivocando más”. Y digo inconscientemente porque las personas no lo hacen queriendo, pero lo hacen. Es decir, que si ponemos la atención en los errores, vamos a tener, como mucho, ¡más errores!

Puedo imaginar que algunos/as os estáis echando las manos a la cabeza. Pero es así. Lo siento. Si te centras en los errores, tendrás más. Aquí tienes un video en el que hablo de esto:

Las personas no somos muy complicadas (que no las entendamos no quiere decir que lo sean), sino que funcionamos por supuestos básicos, al igual que los niños. Y si sólo te acuerdas de tus hijos cuando tienes que corregir un comportamiento suyo, lo único que vas a conseguir es niños que se equivocan más. Porque lo que más desmotiva es no ser visto, ser ignorado.

En el liderazgo ocurre exactamente lo mismo. Hay líderes que sólo ponen la mirada en el fallo, el error, lo que no funciona. Entonces acaban encontrando más…

Otros sin embargo, tienen una mirada más valorativa. Se centran en lo que funciona también, en lo que sale como es debido, en los puntos fuertes. Y claro, entonces la motivación es muy distinta. Y acaban potenciando los puntos fuertes, y provocando que el equipo cometa menos fallos.

Todo esto me lo enseñó hace tiempo un buen amigo, con una lección incalculable. Andábamos una noche por la calle y él había cometido un error con unas inversiones que íbamos comentando. Cuando me lo contó yo critiqué su decisión. Y él me dijo con voz clara “Tío, o me motivas o te callas”. Cuánta razón tenía. Los dos nos partimos de risa después, pero es que tenía más razón que un santo.

O me motivas o te callas.

Me parece un buen mantra para que algunos se lo apliquen, sino vas a motivar a tu equipo, te callas. Porque sino te vas a convertir en ese jefe que busca el fallo a cada momento y que sólo consigue que su equipo:

Se sienta más desvalorizado.
Se desmotive más.
Cometa más errores.


Pero no por ello hay que ser laxo, hay mil formas de corregir comportamientos no deseados en un equipo. Eso sí, ten cuidado, en demasiadas ocasiones te conviertes en alguien demasiado crítico, entrando en un bucle que no te conviene a ti ni a tu empresa.

Que tengas un gran día.

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