Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cartas al director

​Amor y sexualidad

Jesús Martínez Madrid, Gerona
Lectores
viernes, 16 de agosto de 2024, 10:15 h (CET)

Es curioso encontrarse con no pocas personas que, casi sin haberlo pensado, consideran que estamos hablando de lo mismo cuando nos referimos a la sexualidad y al amor. Estas confusiones frecuentes tienen bastante que ver con la frase manida de “hacer el amor”, aunque cualquiera que lo piense un poco es consciente de que, en la mayoría de los casos, no tiene nada que ver el acto sexual con el amor.


Claro, antes de nada habría que hacer una reflexión sobre lo que significa amar, lo que es el amor. Porque parece claro que el amor “no se hace”. El amor es una atracción entre hombre y mujer que lleva consigo siempre un cierto conocimiento. El flechazo es una cuestión de sentimientos de un momento, que puede ir a más o morir de inmediato. El amor precisa trato, conocimiento.


Si lo pensamos un poco vemos la diferencia tan grande que hay entre marido y mujer que llevan tiempo casados, se conocen bien, tienen hijos, y son felices, porque se aman; y la relación eventual entre dos jovencillos que lo primero que han hecho es acostarse, sin pensarlo dos veces, y “luego ya veremos”. Cuando la prioridad está en el placer, en la tendencia sexual, casi puramente animal, nos damos cuenta de que solo hay inclinación sexual, cierta atracción, pero nada que pueda llamarse amor.


El amor supone conocimiento de la persona, durante un tiempo no pequeño, dedicación, entrega, descubrir que los gustos de uno son distintos que los del otro y admitirlos. Supone generosidad, capacidad de entrega, por lo tanto cierto sentido de trascendencia, de que estamos ante una persona hecha a imagen y semejanza de Dios. Eso lleva consigo tener en cuenta que el acto sexual es algo previsto para el matrimonio y abierto a la vida. Siempre.


Lo demás es desorden, es sexualidad animal, inclinación a lo que me apetece, sin pensar profundamente en la otra parte. Pienso en mí, en lo que me tira.

Noticias relacionadas

Cuando Zapatero dejó de proteger a unos cuantos de “su club de la ceja” ocurrieron cosas como que Joaquín Sabina –ese cantante rojo confeso y vividor fiel y multimillonario que ningún padre querría para su hija– estuvo en el punto de mira de Hacienda por un presunto fraude fiscal. «¿Tú también?», se preguntó en ese momento la izquierda progre. Y no sólo él, también estuvieron señalados otros como Serrat, J.J. Vázquez o Bardem...

El cristianismo posee una influencia filosófica derivada del platonismo y el aristotelismo y también del neoplatonismo. Si pensamos, por ejemplo, en teólogos y filósofos de la categoría de San Agustín y Santo Tomás de Aquino. La doctrina cristiana se expresa además como la manifestación de la inquietud del corazón humano o, lo que es lo mismo, como señal de su vocación al infinito.

El miedo es un cúmulo de sensaciones bruscas y ásperas, provocadas por una inminente amenaza que todos los humanos, unos más que otros, tenemos una aversión enorme, y cuando vemos el peligro, nos retiene en nuestros sentidos todas estas sensaciones, una desconfianza enorme y difícil de descifrar, dejándonos aturdidos y confundidos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto